Apenas exagerando en el párrafo cuadrigentésimo nonagésimo séptimo de El Origen de las Especies

El autor prosigue su forzada y estéril comparación entre lo que él mismo ha venido en llamar plantas ilegítimas e híbridos.

La expresión que viene a justificar semejante comparación es digna de anotación para los manuales de retórica:

 

Apenas es exageración sostener que las plantas ilegítimas son híbridos producidos dentro de los límites de una misma especie por la unión irregular de ciertas formas, mientras que los híbridos ordinarios están producidos por una unión irregular entre las llamadas especies distintas

 

Apenas es exageración. Es como decir ¡Casi nada! Pongan toda su atención a la barbaridad que viene: híbridos producidos dentro de los límites de una misma especie.

 

El autor cuenta con todo el apoyo y escribe ignorando los principios más elementales de la Historia Natural.

 

Llama la atención la firmeza que adquieren de vez en cuando los comentarios de autor tan transigente . Así al final podemos preguntar por qué está tan seguro de lo que dice cuando dice:

 

El botánico podría entonces sostener que había probado positivamente, de conformidad con la opinión común, que las dos variedades eran dos especies tan buenas y distintas como cualesquiera otras del mundo; sin embargo, se habría engañado por completo.

 

Puesto que si se ha permitido a lo largo de toda la obra quitar importancia al concepto de especie y en este mismo párrafo acaba de decir que las plantas ilegítimas son híbridos producidos dentro de los límites de una misma especie, entonces ¿quién le autoriza ahora para criticar a ese botánico imaginario (alter ego de sí mismo) cuando venga afirmando que las dos variedades eran dos especies tan buenas y distintas como cualesquiera otras del mundo?. ¿Quién se habría engañado por completo? ¿Quién habría engañado a quién?

 

 

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Altogether there is the closest identity in character and behaviour between illegitimate plants and hybrids. It is hardly an exaggeration to maintain that illegitimate plants are hybrids, produced within the limits of the same species by the improper union of certain forms, while ordinary hybrids are produced from an improper union between so-called distinct species. We have also already seen that there is the closest similarity in all respects between first illegitimate unions and first crosses between distinct species. This will perhaps be made more fully apparent by an illustration; we may suppose that a botanist found two well-marked varieties (and such occur) of the long-styled form of the trimorphic Lythrum salicaria, and that he determined to try by crossing whether they were specifically distinct. He would find that they yielded only about one-fifth of the proper number of seed, and that they behaved in all the other above specified respects as if they had been two distinct species. But to make the case sure, he would raise plants from his supposed hybridised seed, and he would find that the seedlings were miserably dwarfed and utterly sterile, and that they behaved in all other respects like ordinary hybrids. He might then maintain that he had actually proved, in accordance with the common view, that his two varieties were as good and as distinct species as any in the world; but he would be completely mistaken.

 

En conjunto, entre las plantas ilegítimas y los híbridos existe la mayor identidad en caracteres y modo de conducirse. Apenas es exageración sostener que las plantas ilegítimas son híbridos producidos dentro de los límites de una misma especie por la unión irregular de ciertas formas, mientras que los híbridos ordinarios están producidos por una unión irregular entre las llamadas especies distintas. Ya hemos visto, además, que existe la mayor semejanza por todos conceptos entre las primeras uniones ilegítimas y los primeros cruzamientos entre especies distintas. Esto, quizá, se haría aún más patente mediante un ejemplo; supongamos que un botánico encontrase dos variedades bien señaladas -como las hay- de la forma de estilo largo del Lythrum salicaria, que es trimorfo, y que decidiese experimentar por cruzamiento si eran o no específicamente distintas. El botánico vería que producían sólo un quinto aproximadamente del número normal de semillas, y que se conducían en todos los conceptos antes detallados como si fuesen dos especies distintas. Pero, para cerciorarse, tendría que criar plantas de las semillas supuestas híbridas, y encontraría que las plantas nacidas de ellas eran miserablemente enanas y completamente estériles, y que se conducían en todos los restantes conceptos lo mismo que los híbridos ordinarios. El botánico podría entonces sostener que había probado positivamente, de conformidad con la opinión común, que las dos variedades eran dos especies tan buenas y distintas como cualesquiera otras del mundo; sin embargo, se habría engañado por completo.

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