A diferencia de corrientes científicas que se basan en una operación de abstracción o distinción entre aspectos que habitualmente se encuentran vecinos o conviven en la naturaleza, el darwinismo se basa por el contrario en no distinguir.

 

Para el darwinismo no hay diferencia entre dos conceptos que son bien diferentes: hecho y teoría. Si ambos conceptos son diferentes o si su distinción es importante, entonces el darwinismo se cae por su propio peso, porque no sólo no distingue entre ellos sino que para su supervivencia necesita que tal distinción no se dé.

 

Un comentario en este blog,  nos proporcionaba un ejemplo claro en el siguiente párrafo:

 

Ya le he dicho que me explique de que narices me esta hablando con el tema de hechos y teorías, no se a que cosa concreta se refiere, así que le rogaria que fuese más concreto porque no se le entiende nada.

 

Hechos ocurren en el mundo a nuestro alrededor y constantemente se describen. Para explicarlos, la ciencia propone teorías. Ambos conceptos, hecho y teoría, pertenecen a universos diferentes. Como bien explica el profesor Agustín García Calvo en su tertulia política número 218, hay el mundo de los entes ideales, que no existen y sin embargo sirven para explicar a los demás comprendidos en la realidad:

 

“Hay entes ideales”, que no existen, del tipo de TODO, NADA, los Números, la Esfera, el Triángulo, que no existen, pero que rigen la Realidad, rigen la realización de las cosas, es decir, la conversión de las cosas en propiamente existentes, reales (hasta ahora no lo eran) Las cosas se hacen reales o existentes por el procedimiento de que sobre ellas incide un ente ideal que en el caso de las lenguas corrientes es el Significado de las palabras que lo tienen. Dentro del vocabulario de una lengua cualquiera hay, entre otros elementos que funcionan en la lengua, en el nivel más superficial, Palabras con Significado, palabras como ‘rana’, ‘roto’, ‘volver’ o lo que queráis: Palabras con Significado. Y estas palabras, efectivamente, pretenden aplicarse a las cosas y hacerlas existir, sin más. Es decir: si una oveja es una oveja, es gracias a que hay una palabra ‘oveja’ que se le aplica con justeza, y de la cual no puede salirse, a la cosa de que se trate. Esto, naturalmente, no puede ser verdad: en la Realidad verdad no cabe, pero la pretensión de realización del ente ideal es clara y constante. Esto es lo que se pretende con cualesquiera palabras con significado.

 

 

Las Teorías (ver la entrada ¿Qué es una teoría científica?) pertenecen al mundo de los entes ideales, los hechos al mundo de la realidad. Si aparece una mutación, es un hecho. Si confiere ventaja adaptativa, otro. Si los organismos mutados o sus hijos dejan más descendencia, otro hecho. Explicar satisfactoriamente por qué o cómo ocurren estos hechos y si responden a esquemas más generales no es algo inmediato. En la actualidad pertenece al mundo de la Ciencia y suele costar el trabajo de aplicar un riguroso protocolo durante un tiempo variable.

 

El intento consistirá en proponer hipótesis. En la hipótesis se aventuran explicaciones comunes para los distintos hechos que han de implicar elementos bien conocidos, consensuados y medibles de manera que podamos someter su interacción con los hechos a experimentación. La verificación de la hipótesis resulta en una Teoría que no es otra cosa que una explicación nueva de un conjunto de hechos. La Teoría no existe en el mundo, como tampoco existe la recta, la nada o la verdad. Los hechos, sí, constituyen lo que pasa en el mundo.

 

Los hechos no nos llegan directamente sino mediante descripciones que son como noticias inmediatas del hecho. La Teoría ha de ir más allá aunando varios hechos y proponiendo explicaciones.

 

La Teoría de Evolución por Selección natural o supervivencia del más apto puede ser descripción torpe de hechos pero no teoría.

 

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