Esencia y porvenir de la Universidad según George Steiner

En su libro titulado en español  «Errata. El examen de una vida»,  George Steiner reflexiona sobre la esencia y el porvenir de la Universidad.  Dice:

Estas disociaciones entre investigación científica o humanística, por un lado, y enseñanza, por otro, son un lastre para la academia. ¿Cómo pueden las instituciones de educación superior ejercer –estructuralmente, económicamente, sociológicamente- su custodia del pasado histórico e intelectual y fomentar al mismo tiempo la libre innovación, la inversión en el juego, principalmente científico, de la posibilidad futura? ¿Y cómo puede conciliarse esta incierta dialéctica con el programa de estudios, inevitablemente simplificado, generalizado y social o políticamente sesgado? Ni los clérigos tomistas de la antigua Sorbona, ni Humboldt y sus colaboradores berlineses, fundadores del sistema universitario moderno, ni John Dewey, han resuelto contradicciones tan antiguas como las de las escuelas de retórica atenienses o las academias de Alejandría.  Sospecho que el futuro ahondará más aún en la brecha entre ciertos centros privilegiados de investigación y formación posdoctoral y aquellas escuelas y universidades dedicadas más específicamente a la enseñanza.  Esto puede ser inevitable; pero ambas empresas saldrán perjudicadas.

……………………………

Una universidad digna es sencillamente aquella que propicia el contacto personal del estudiante con el aura y la amenaza de lo sobresaliente. Estrictamente hablando, esto es cuestión de proximidad, de ver y de escuchar. La institución, sobre todo si está consagrada a la enseñanza de las humanidades, no debe ser demasiado grande. El académico, el profesor, deberán ser perfectamente visibles. Cruzarse a diario en nuestro camino. La consecuencia, como en la polis de Pericles, en la Bolonia medieval o en la Tubinga decimonónica, es un proceso de contaminación implosiva y acumulativa…………….

El pensador, el erudito, el matemático o el científico teórico son seres poseidos. Se encuentran prisioneros en una indomable sinrazón.

Referencia

Steiner, George. Errata. El examen de una vida. Ed Siruela, 1998.

Imágenes de Editorial Siruela.

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Un comentario

  1. Estimado Emilio :
    Hace ya algún tiempo escribí en su blog un comentario en el que se trataba otro tema, no sé si recordará.

    Me ha llamdo mucho la atención esta entrada en su blog porque siempre estuve muy interesada en la conjunción ciencia-humanismo, especiálmente medicina-humanismo en la sociedad actual altamente mercantilizada y anónima.

    Actuálmente vengo observando como se está reabriendo el debate de la necesidad de la vuelta a la enseñanza de la ciencia, en especial de las ciencias que conciernen al ámbito sanitario o el de las humanidades por supuesto, desde un punto de vista humanístico haciéndose continuas referencias a Hipócrates o a los investigadores y clínicos del siglo pasado.

    En mi opinión la enseñanza de las ciencias ha de estar impregnada de ese contacto personal y veo muy poco recomendable al nivel que se está llegando por el abandono de esta visión.

    De todos modos Steiner, según leo, hace referencia al problema de como mantener dentro de los centros de investigación o enseñanza el legado de los Maestros asi como propiciar la cercanía del alumno hacia quien le enseña si dichos centros son excesivamente grandes o han de adecuarse a los nuevos planes de estudio, Steiner sí conjuga ciencia y humanística desde el pricipio de sus palabras (es decir, para él el problema no reside en la separación de ciencia y visión humanística sino en cómo conjugar ciencia-humanistica con un modelo de enseñanza (corríjame si me equivoco)

    Agradezco que haya dejado estas palabras de George Steiner en el blog, junto con su opinión personal.

    Gracias como siempre por los interesantísimos contenidos y reciba un cordial saludo, asi como el deseo de una muy Feliz navidad.

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