Algunos experimentos con semillas en el párrafo sexcentésimo trigésimo octavo del Origen de las Especies

Decidido a hablar de los medios de dispersion en semillas, el autor nos relata unos interesantes experimentos que realizó con míster Berkeley. No sin antes incluir una de sus típicas falacias:

 

En las obras botánicas se afirma con frecuencia que esta o aquella planta está mal adaptada para una extensa dispersión;

 

Pero,…..¿cuáles son esos experimentos?

Pues bien estos experimentos consisten en sumergir semillas de distintas especies en agua de mar y ver cuáles de ellas germinan después de distintos tiempos de inmersión.

 

Sus resultados demuestran escasa competencia científica. Así por ejemplo:

 

Con sorpresa encontré que, de 87 clases de semillas, 64 germinaron después de veintiocho días de inmersión, y algunas sobrevivieron después de ciento treinta y siete días de inmersión.   

 

¿Qué significa clases de semillas? ¿Se refiere a semillas de distintas especies? ¿Cuantes semillas utilizó de cada clase? ¿Cuántas germinaron?

 

 

 

 

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I must now say a few words on what are called accidental means, but which more properly should be called occasional means of distribution. I shall here confine myself to plants. In botanical works, this or that plant is often stated to be ill adapted for wide dissemination; but the greater or less facilities for transport across the sea may be said to be almost wholly unknown. Until I tried, with Mr. Berkeley’s aid, a few experiments, it was not even known how far seeds could resist the injurious action of sea-water. To my surprise I found that out of eighty-seven kinds, sixty-four germinated after an immersion of twenty-eight days, and a few survived an immersion of 137 days. It deserves notice that certain orders were far more injured than others: nine Leguminosae were tried, and, with one exception, they resisted the salt-water badly; seven species of the allied orders, Hydrophyllaceae and Polemoniaceae, were all killed by a month’s immersion. For convenience sake I chiefly tried small seeds without the capsules or fruit; and as all of these sank in a few days, they could not have been floated across wide spaces of the sea, whether or not they were injured by salt water. Afterwards I tried some larger fruits, capsules, etc., and some of these floated for a long time. It is well known what a difference there is in the buoyancy of green and seasoned timber; and it occurred to me that floods would often wash into the sea dried plants or branches with seed-capsules or fruit attached to them. Hence I was led to dry the stems and branches of ninety-four plants with ripe fruit, and to place them on sea-water. The majority sank quickly, but some which, whilst green, floated for a very short time, when dried floated much longer; for instance, ripe hazel-nuts sank immediately, but when dried they floated for ninety days, and afterwards when planted germinated; an asparagus plant with ripe berries floated for twenty-three days, when dried it floated for eighty-five days, and the seeds afterwards germinated: the ripe seeds of Helosciadium sank in two days, when dried they floated for above ninety days, and afterwards germinated. Altogether, out of the ninety-four dried plants, eighteen floated for above twenty-eight days; and some of the eighteen floated for a very much longer period. So that as 64/87 kinds of seeds germinated after an immersion of twenty-eight days; and as 18/94 distinct species with ripe fruit (but not all the same species as in the foregoing experiment) floated, after being dried, for above twenty-eight days, we may conclude, as far as anything can be inferred from these scanty facts, that the seeds of 14/100 kinds of plants of any country might be floated by sea-currents during twenty-eight days, and would retain their power of germination. In Johnston’s Physical Atlas, the average rate of the several Atlantic currents is thirty-three miles per diem (some currents running at the rate of sixty miles per diem); on this average, the seeds of 14/100 plants belonging to one country might be floated across 924 miles of sea to another country; and when stranded, if blown by an inland gale to a favourable spot, would germinate.

 

He de decir algunas palabras acerca de lo que se ha llamado medios accidentales de distribución; pero que se llamarían mejor medios ocasionales de distribución. Me limitaré aquí a las plantas. En las obras botánicas se afirma con frecuencia que esta o aquella planta está mal adaptada para una extensa dispersión; pero puede decirse que es casi por completo desconocida la mayor o menor facilidad para su transporte de un lado a otro del mar. Hasta que hice, con ayuda de míster Berkeley, algunos experimentos, ni siquiera se conocía hasta qué punto las semillas podían resistir la acción nociva del agua de mar. Con sorpresa encontré que, de 87 clases de semillas, 64 germinaron después de veintiocho días de inmersión, y algunas sobrevivieron después de ciento treinta y siete días de inmersión. Merece citarse que ciertos órdenes fueron mucho más perjudicados que otros: se ensayaron nueve leguminosas, y, excepto una, resistieron mal el agua salada; siete especies de los órdenes afines, hidrofiláceas y polemoniáceas, quedaron muertas todas por un mes de inmersión. Por comodidad ensayé principalmente semillas pequeñas sin las cápsulas o los frutos carnosos, y como todas ellas iban al fondo al cabo de pocos días, no hubiesen podido atravesar flotando grandes espacios del mar, hubieran sido o no perjudicadas por el agua salada; después ensayé varios frutos carnosos, cápsulas, etc., grandes, y algunos flotaron durante largo tiempo. Es bien conocida la gran diferencia que existe en la flotación entre las maderas verdes y secas, y se me ocurrió que las avenidas frecuentemente tienen que arrastrar al mar plantas o ramas secas con las cápsulas o los frutos carnosos adheridos a ellas. Esto me llevó, pues, a secar los troncos y ramas de 94 plantas con fruto maduro y a colocarlos en agua de mar. La mayor parte se fueron al fondo; pero algunas que, cuando verdes, flotaban durante poquísimo tiempo, flotaron secas mucho más tiempo; por ejemplo: las avellanas tiernas se fueron a fondo inmediatamente, pero una vez secas flotaron noventa días, y plantadas después, germinaron; una esparraguera con bayas maduras flotó veintitrés días, y seca flotó ochenta y cinco días, ¡las simientes después germinaron; las simientes tiernas de Helosciadium se fueron a fondo a los dos días; secas, flotaron unos noventa días, y luego germinaron. En resumen: de 94 plantas secas, 18 flotaron más de veintiocho días, y algunas de estas 18 flotaron durante un período muchísimo mayor; de manera que, como 64/87 de las especies de simientes germinaron después de veintiocho días de inmersión, y 18/94 de las distintas especies con frutos maduros -aunque no todas eran las mismas especies que en el experimento precedente- flotaron, después de secas, más de veintiocho días, podemos sacar la conclusión -hasta donde puede deducirse algo de este corto número de hechos- que las semillas de 14/100 de las especies de plantas de una región podrían ser llevadas flotando por las corrientes marinas durante veintiocho días y conservarían su poder de germinación. En el Atlas físico de Johnston, el promedio de velocidad de las diferentes corrientes del Atlántico es de 33 millas diarias -algunas corrientes llevan la velocidad de 60 millas diarias-; según este promedio, las semillas del 14/100 de las plantas de un país podrían atravesar flotando 924 millas de mar, hasta llegar a otro país, y, una vez en tierra, si fuesen llevadas hacia el interior por el viento hasta sitio favorable, germinarían.

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