En el mural de Diego Rivera

Cuentan en la web Rebelión que, en 1932,  Nelson Rockefeller contrató a Diego Rivera para decorar el recibidor del Rockefeller Center de New York.  Al año siguiente, Rivera pintó por encargo de John D. Rockefeller Jr. “El hombre en una encrucijada” en el edificio RCA; mural que porque contenía un retrato de Lenin desató una fuerte polémica en la sociedad norteamericana a través de sus medios de comunicación. La familia Rockefeller le propuso entonces que reemplazara a Lenin por cualquier otra cara conocida pero Rivera se negó a hacerlo y respondió que, a lo sumo, estaría dispuesto a poner la figura de Lincoln junto a la de Lenin.

Acusado de «hacer propaganda» el artista replicó:

 

«todo arte es propaganda»

 

Ante la firmeza de Rivera,  el millonario mandó tapar el mural que sería destruido poco después. Una vez que hubo regresado a México, Rivera volvió a pintar el mismo mural, pero esta vez en el tercer piso del palacio de Bellas Artes de México, con su figura de Lenin, la de Trotsky, la de Darwin y con el mismo título, pero con ligeras diferencias o añadidos respecto al proyectado para Nueva York, como la inclusión de Rockefeller de manera harto siniestra.

 

En el blog Subestructuras nos explican un poco el mural:

El mural representa dos mundos, el capitalista (a la izquierda) y el socialista (a la derecha).

A la izquierda podemos encontrar algunas de las siguientes representaciones: La guerra química, la pobreza infantil, los vicios asociados a la bebida, el juego y la prostitución, el poder de la religión, La policía reprimiendo. E inclusive se encuentra Charles Darwin en una secuencia que despliega la teoría de la evolución de un modo peculiar: Un niño desnudo se arrastra por el piso junto a una tortuga y otros animales mientras toma de la mano a un mono, que se abraza -simultáneamente- a un joven que tiene un loro en su hombro, mientras Darwin los señala con su dedo.

Del lado derecho, Rivera quiso representar el mundo socialista. Allí la estatua, representante del poder del Estado o bien de la religión -o bien de ambas- ha perdido su cabeza, y los obreros se sientan sobre ella. Los trabajadores unidos y vestidos con colores rojizos, miran en conjunto hacia el otro mundo. Se observa a Lenin -líder de la revolución de octubre- uniendo a las razas con sus manos y, por último, se ve una bandera roja que es acompañada por Marx y Engels -padres del socialismo científico- que están junto a Trotsky. Rivera, socarronamente, se autorretrató entre ellos.

 

Lectura aconsejada:

 

 

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