El hombre que lo vio todo corrige o matiza su opinión sobre las causas de la organización del ojo
El retrato del hombre de la barba, frente a mí, que lo vio todo y que libró al pueblo íbero de su inferioridad nativa ante la ciencia, escrutador e inmóvil, presidiendo la falta de cobayas. Su sonrisa comprensiva y liberadora de la inferioridad explica-comprende-la falta de créditos. Pueblo pobre, pueblo pobre. ¿Quién podrá nunca aspirar otra vez al galardón nórdico, a la sonrisa del rey alto, a la dignificación, al buen pasar del sabio que en la península seca espera…