Encuentros con extraterrestres y otros juegos de palabras
Lástima es que se metan a escribir los que no saben, y mayor lástima que abandonen la pluma los que podrían con fruto manejarla.
Rafael Barrett (1876-1910). La Torre de Marfil
En su artículo titulado «La torre de marfil» y publicado en «El Diario» de Asunción el 10 de enero de 1908 opinaba Rafael Barrett que es una pena que quienes pueden escribir algo interesante no lo hagan, privándonos así a los demás del beneficio de sus letras. Otra gran pena es que quienes no tienen nada que decir se empeñen en rellenar páginas o, como decía Barret literalmente, que se metan a escribir los que no saben. Lamentablemente en biología abundan estos últimos condenándonos al trabajo forzado de leer sus escritos.
Está la literatura biológica tan sobrecargada de juegos de palabras que lo único que faltaba era que desde las instituciones académicas se propusiera a los biólogos escribir relatos de ciencia ficción o, lo que viene a ser lo mismo, que describiesen su actitud frente a la posibilidad de un encuentro con extraterrestres.
Pues bien, la realidad según su costumbre ha superado de nuevo a la ficción y nos encontramos de lleno en este pavoroso caso. Las incontenibles plumas de algunos de nuestros profetas en el campo de la evolución pueden ya volar libres. Quienes en incontables ocasiones se han revelado incapaces de distinguir hechos de teorías o de descartar a la Selección Natural, ese giro verbal inútil que lleva dando su cantinela durante ciento cincuenta años, ahora en premio a su tesón martilleando nuestra paciencia pueden escribir a su antojo sobre lo que venía siendo objeto del estilo mucho más libre de los escritores de historietas de ficción: El encuentro extraterrestre.
Un artículo en el diario El Mundo se refiere a un Congreso de la Royal Society que tuvo lugar en Londres en enero de 2010. El congreso, llamado propiamente Discusión Meeting, se dedicaba al tópico “The Detection of Extra-Terrestrial Life and the Consequences for Science and Society” y sus conclusiones se exponían en un número extraordinario de la revista Philosophical Transations of the Royal Society (Impact Factor 5, 1 en 2009).
Comentaré aquí unas frases extraídas de un artículo debido a la pluma de Simon Conway Morris en este número de la revista más que nada por pedir auxilio y ver si alguno de los lectores de este blog puede encontrar en las palabras del dr Morris alguna clave o más humildemente siquiera algún significado. Yo me confieso incapaz de hacerlo y temo que el darwinismo haya imposibilitado ya el desarrollo de un discurso coherente entre sus seguidores.
El artículo se titula “Predicting what extra-terrestrials will be like: and preparing for the worst”y voy a copiar aquí entera su conclusion, en la cual se lee:
I argue, against much received neo-Darwinian wisdom, that what we see here is at least broadly, and I suspect much more precisely, what we will find on any comparable Earth-like planet. Accordingly, and with specific reference to SETI, as well as the sine qua non of terrestriality, the evolution of intelligence and cognitive sophistication (including numerosity), manipulative skills, tool-making and technology, not to mention the increasing appropriation of resources are all evolutionarily inevitable because all are convergent. So too the seemingly mundane, be it anatomical (such as walking) or biochemical (as with respiratory proteins), will be highly constrained. Our alien may look unfamiliar, but if she does (yes, sex is also inevitable, as will be parental imprinting, sex determination, viviparity and milk), it will be a skin-deep difference. More probably, as Bieri pointed out manu years ago, they will not look like thinking ‘pankakes. In all probability they will look an awful lot like us’ (p 457).
So why should we prepare for the worst? First if intelligent aliens exist, they will look just like us, and given our far from glorious history, this should give us pause for thought. The alternative is more paradoxical, but revolves around the observation that if I am correct in my supposition of evolutionary convergence in reflecting outcomes of evolution on any Earth-like planet, then we should not be here. This is simply because solar systems depending on metal-rich stars would have begun to form some billions of years ahead of ours. We can juggle the figures as we see fit, but reminding ourselves that much of the nervous system has a molecular inherency that extends far deeper than animals and within this group advanced cognition has evolved independently at least five times, then let us say that only one in a thousand biospheres spawns technology and of those one in 10000 finally leaves its solar system then this planet would still have been colonized by people who kept trilobites for pets. And what about our ancestor, that is the earliest fish? Animals like Myllokunmingia, swimming above what is now the city of Kumming. Best on toast. But that did not happen, and it will not happen. We never had any visitors, nor is it worth setting up a reception committee in the hope that one day they might turn up. They are not there, and we are alone. So which do you prefer: neighbours with the culture of the Aztecs or a howling silence?
Que me permito traducir por ver si algo mejora:
Se plantea, en contra de mucha sabiduría neo-darwinista recibida, que lo que vemos aquí es por lo menos en términos generales, y sospecho mucho más precisamente, lo que encontraremos en cualquier planeta similar a la Tierra. En consecuencia, y con referencia específica a SETI, así como la condición sine qua non del medio terrestre, la evolución de la inteligencia y sofisticación cognitiva (incluyendo numerosidad), habilidades manuales, fabricación de herramientas y la tecnología, por no mencionar la creciente apropiación de los recursos son evolutivamente inevitables, porque todos son convergentes. Así también lo aparentemente mundano, ya sea anatómico (como caminar) o bioquímico (como ocurre con las proteínas de las vías respiratorias), será muy limitado. Nuestra extranjera puede parecer extraño, pero si lo hace (sí, el sexo es también inevitable, como será la impronta parental, la determinación del sexo, la viviparidad y la leche), será una diferencia a flor de piel. Más probablemente, como Bieri señaló hace años fabrica, no se parecerá a un «pankakes pensante. Con toda probabilidad se parecerán un montón a nosotros «(p 457).
Entonces,…¿Por qué debemos prepararnos para lo peor? En primer lugar, si existen extraterrestres inteligentes, se parecerán a nosotros, y dada nuestra lejos de gloriosa historia, esto debe darnos una pausa para la reflexión. La alternativa es más paradójica, pero gira en torno a la observación de que si no me equivoco en mi suposición de convergencia evolutiva que se reflejaría en los resultados de la evolución en un planeta como la Tierra, entonces no deberíamos estar aquí. Esto es simplemente porque sistemas de energía solar en función de estrellas ricas en metales habrían comenzado a formarse algunos miles de millones de años antes del nuestro. Podemos hacer malabarismos con las cifras como mejor nos parezca, pero recordando que gran parte del sistema nervioso tiene un carácter inherente molecular que se extiende mucho más allá de los animales y dentro de este grupo de conocimiento avanzado se ha desarrollado de forma independiente al menos cinco veces, entonces digamos que sólo una en mil biosferas genera la tecnología y uno de cada 10.000 finalmente deja su sistema solar a continuación, este planeta todavía hubiera sido colonizada por las personas que mantienen trilobites como animales de compañía.
Al parecer el dr Conway Morris teme lo peor: encontrarse con una réplica de sí mismo o personaje similar escribiendo textos semejantes a los suyos en algún planeta lejano. Aunque mediante una lectura normal soy incapaz de encontrar otro significado en esta sección denominada “Discusión” que no sea ese temor, empero, un somero meta-análisis arroja un significado transparente: El darwinismo ha condenado a la biología a la perpetua ejecución de juegos de palabras en los que toda suposición ha de estar siempre por encima de la realidad y la primera suposición que hay que mantener será la de una neo-Darwinian wisdom siempre presupuesta y nunca demostrada que traspasa ya todos los límites de la ciencia ficción más insensata. También es posible que el señor Conway Morris esté de broma, pero esto no excluiría lo anterior.
Imágenes: Vetulicola, Myllokunmingia y Microdiction. Tomadas de Cambrian cafe.