Charles Lyell. Imagen de David Labery Biographies. Acompaña a la imagen este texto:

Charles Lyell (1797-1875)
Scottish geologist, whose Principles of Geology had a profound influence on the development of Darwin’s conception of evolution.

A continuación veremos hasta dónde puede ser ésto cierto……………….

 

Comparaba ayer al segundo párrafo de el Origen de las Especies con un jeroglífico,  y ahora la pregunta es si será posible resolverlo.  Si son tan amables, vuelvan a leer el párrafo en su versión de la edición de 1872 y díganme por favor cómo responderemos a estas preguntas:

 

Primera pregunta: ¿Tiene el autor un trabajo concluido y listo para publicar cuando aparece su primera edición?

Respuesta del autor: No (My work is now (1859) nearly finished)

 

Segunda Pregunta: Si el autor no tiene un trabajo listo para su publicación, entonces por qué lo publica?

Respuestas del autor:

 

  1. Porque así me lo han pedido (I have more especially been induced to do this)
  2. Porque Wallace ha llegado exactamente a las mismas conclusiones que él Mr. Wallace, who is now studying the natural history of the Malay Archipelago, has arrived at almost exactly the same general conclusions that I have on the origin of species

Inocentemente, el autor ha explicado sus razones para tal precipitación.  Somos testigos de algo inaudito en la historia de la ciencia: El autor confiesa publicar unos resultados porque otro autor ha llegado a las mismas conclusiones. Quien, habiendo explicado esto de manera tan clara, consigue ediciones millonarias de su obra en todos los idiomas, debe,  sin duda, encontrarse en una situación privilegiada, pues de lo contrario, le valdría más dejarnos con la publicación de Wallace, que precisamente se encuentra ya en el tercer volumen del Journal de la Royal Society, como inocentemente confiesa  a continuación.

Pero no solamente el autor confiesa no tener trabajo digno de ser publicado y ser sus conclusiones las mismas que las de Wallace, ya publicadas; además, y para completar el panorama, resulta que el autor ya ha publicado sus conclusiones por invitación de Lyell y Hooker:

Sir C. Lyell and Dr. Hooker, who both knew of my work—the latter having read my sketch of 1844—honoured me by thinking it advisable to publish, with Mr. Wallace’ excellent memoir, some brief extracts from my manuscripts.

La confusión y la ambigüedad no tienen límite y surgen más preguntas,  por ejemplo:

  1. ¿Es posible que el manuscrito de Wallace le llegase  a Darwin por casualidad?
  2. ¿No cabría la posibilidad de que alguien, hubiese indicado a Wallace, en definitiva un aventurero, sobre la conveniencia de enviar su escrito a Darwin para animarle a publicar el suyo en forma de libro y así asociar las nuevas teorías a un gentleman y no a un aventurero?

El manuscrito de Wallace ha dado muchas vueltas.  “Casualmente” enviado a Darwin con el ruego de que éste lo enviase a Lyell, ha ido a parar a la Linnean Society. Ahí ya ha sido publicado, junto a algunos extractos de los manuscritos de Darwin.

Pero veamos algo más acerca de la tal coincidencia, porque al recibir Darwin el manuscrito de Wallace escribe el mismo día en una carta a Lyell:

All my originality, whatever it may amount to, will be smashed…..I never saw a more striking coincidence….Your words have come true with a vengeance.

 

Y al decir “your words”,  Darwin se refería a un aviso anterior de Lyell de que alguien se le podría anticipar. Pero,…¿a qué se debe  tanta coincidencia? ¿Cabría la posibilidad de que alguien, tal vez el mismo Lyell hubiese sugerido a Wallace enviar su texto a Darwin? ¿Cabría que le hubiese sugerido alguna idea para incorporar en su texto, como sin duda hizo con Darwin?.

El propio Darwin indica:

 

I feel as if my books came half out of Sir Charles Lyell brain.

 

Referencia

 

Eiseley, Loren. 1979. Darwin and the mysterious Mr X. New light on the evolutionists. EP Dutton. New York.

 

 

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4 comentarios

  1. Don Emilio, acabo de descubrir su blog y ¡me encanta!. Como veo que sigue hablando de Darwin, y yo no tengo blog propio, permítame comentar:

    En el libro «Evolución y Adaptación», un homenaje de la Sociedad ESpañola de Biología Evolutiva a Charles Darwin, Dopazo y Navarro coleccionan 51 artículos, en los cuales: o bien, nada se habla de la evolución según Darwin (en 31 artículos), o bien se la menciona sin profundizar (en los artículos 1.9, 4.2, 5.1, 5.3, 5.6, 5.9, 7.1, 7.4, 8.1, 8.2, 9.3), o bien se la menciona malinterpretando la verdad científica (en el Prólogo y en los artículos 2.4, 4.5, 5.2, 5.4, 6.3, 6.4, 6.5). Tan sólo en 2 artículos se medio-muestra dicha verdad:
    * El 4.4: viene a decir que si Geoffroy y Cuvier levantaran la cabeza, se reirían de todos aquellos que todavía creen que Darwin era un adaptacionista.
    * En el 9.1: se medio-afirma que el neodarwinismo, tal vez, debería haber roto con el paradigma darwiniano.

    De especial importancia es el artículo 9.3 (centrado en los libros de texto de la educación secundaria). Una cosa es que un 20% de los investigadores evolutivos iberoamericanos no tengan ni idea del fundamento de su ciencia: ¡allá ellos!, pero otra muy distinta es que se confunda a los chavales de la ESO por dogmatizaciones o por simplificaciones absurdas.

    Saludos,
    Antonio.

  2. ¿Qué se supone que iba a quedar del neo-darwinismo al romper con el paradigma darwiniano? ¿Cómo se llamaría entonces no-neo-darwinismo, peri-neo-darwinismo, …….?

    ¿Le importaría darme algunos detalles más acerca de quién es usted y a qué se debe tanto interés por una publicación de la SESBE, sociedad decididamente darwinista?

  3. Usted Antonio debe ser un darwinista ferviente. Su estilo está lleno de la ambigüedad más propia y característica.

    Si usted acaba de descubrir mi blog como dice, entonces a qué viene decir luego:

    «Como veo que sigue hablando de Darwin….»

    ¿Cómo dice usted que sigo hablando de Darwin si acaba de descubrir mi blog? ¿A quién quiere usted engañar?

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