Constantes oposiciones y dificultades para una teoría que no lo es en el párrafo cuadrigentésimo cuadragésimo cuarto de El Origen de las Especies

 

Este párrafo muestra claramente una de las estrategias del autor: Presenta una serie tan amplia de dificultades de complejidad tan elevada que por fuerza, esto debe servir para mantener en pie a su teoría. El problema es que si damos la vuelta a su razonamiento, es decir, nos olvidamos de toda dificultad para responder a la pregunta ¿En qué consiste la Teoría? Entonces vemos que no hay tal teoría. Eliminadas las dificultades, el libro queda reducido a una serie de anécdotas, una visión parcial, sectaria y maltusiana de la naturaleza y poco más.

 

 

 

 

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No doubt many instincts of very difficult explanation could be opposed to the theory of natural selection—cases, in which we cannot see how an instinct could have originated; cases, in which no intermediate gradations are known to exist; cases of instincts of such trifling importance, that they could hardly have been acted on by natural selection; cases of instincts almost identically the same in animals so remote in the scale of nature that we cannot account for their similarity by inheritance from a common progenitor, and consequently must believe that they were independently acquired through natural selection. I will not here enter on these several cases, but will confine myself to one special difficulty, which at first appeared to me insuperable, and actually fatal to the whole theory. I allude to the neuters or sterile females in insect communities: for these neuters often differ widely in instinct and in structure from both the males and fertile females, and yet, from being sterile, they cannot propagate their kind.

 

Indudablemente podrían oponerse a la teoría de la selección natural muchos instintos de explicación dificilísima: casos en los cuales no podemos comprender cómo se pudo haber originado un instinto; casos en que no se sabe que existan gradaciones intermedias; casos de instintos de importancia tan insignificante, que la selección natural apenas pudo haber obrado sobre ellos; casos de instintos casi idénticos en animales tan distantes en la escala de la naturaleza, que no podemos explicar su semejanza por herencia de un antepasado común, y que, por consiguiente, hemos de creer que fueron adquiridos independientemente por selección natural. No entraré aquí en estos varios casos, y me limitaré a una dificultad especial, que al principio me pareció insuperable y realmente fatal para toda la teoría. Me refiero a las hembras neutras o estériles de las sociedades de los insectos, pues estas neutras, frecuentemente, difieren mucho en instintos y conformación, tanto de los machos como de las hembras fecundas, y, sin embargo, por ser estériles no pueden propagar su clase.

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