Un principio algo confuso en el párrafo sexcentésimo nonagésimo segundo del Origen de las Especies

Comienza este párrafo por exponer un principio algo confuso. Es el siguiente:

 

la relación con el origen de donde los colonos pudieron más fácilmente provenir, junto con su modificación subsiguiente

 

Sí. Este es el principio y si no se lo creen lean. Y esto tiene la desfachatez el autor de decirnos que es de amplísima aplicación en toda la naturaleza.

 

 

 

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The same principle which governs the general character of the inhabitants of oceanic islands, namely, the relation to the source whence colonists could have been most easily derived, together with their subsequent modification, is of the widest application throughout nature. We see this on every mountain-summit, in every lake and marsh. For Alpine species, excepting in as far as the same species have become widely spread during the Glacial epoch, are related to those of the surrounding lowlands; thus we have in South America, Alpine humming-birds, Alpine rodents, Alpine plants, etc., all strictly belonging to American forms; and it is obvious that a mountain, as it became slowly upheaved, would be colonised from the surrounding lowlands. So it is with the inhabitants of lakes and marshes, excepting in so far as great facility of transport has allowed the same forms to prevail throughout large portions of the world. We see the same principle in the character of most of the blind animals inhabiting the caves of America and of Europe. Other analogous facts could be given. It will, I believe, be found universally true, that wherever in two regions, let them be ever so distant, many closely allied or representative species occur, there will likewise be found some identical species; and wherever many closely-allied species occur, there will be found many forms which some naturalists rank as distinct species, and others as mere varieties; these doubtful forms showing us the steps in the process of modification.

 

El mismo principio que rige el carácter general de los habitantes de las islas oceánicas -o sea la relación con el origen de donde los colonos pudieron más fácilmente provenir, junto con su modificación subsiguiente- es de amplísima aplicación en toda la naturaleza. Vemos esto en cada cumbre de montaña y en cada lago o pantano; pues las especies alpinas, excepto cuando la misma especie se ha difundido extensamente durante la época glacial, están relacionadas con las de las tierras bajas circundantes. Así, tenemos en América del Sur pájaros-moscas alpinos, roedores alpinos, plantas alpinas, etc., que pertenecen todos rigurosamente a formas americanas, y es evidente que una montaña, cuando se levantó lentamente, tuvo que ser colonizada por los habitantes de las tierras bajas circundantes. Lo mismo ocurre con los habitantes de los lagos y pantanos, excepto en la medida en que la gran facilidad de transporte ha permitido a las mismas formas prevalecer en grandes extensiones del mundo. Vemos este mismo principio en el carácter de la mayor parte de los animales ciegos que viven en las cavernas de América y de Europa, y podrían citarse otros hechos análogos. En todos los casos creo yo que resultará cierto que, siempre que existan en dos regiones, por distantes que estén, muchas especies muy afines o representativas, se encontrarán también algunas especies idénticas, y dondequiera que se presenten muchas especies muy afines, se encontrarán muchas formas que algunos naturalistas consideran como especies distintas y otros como simples variedades, mostrándonos estas formas dudosas los pasos en la marcha de la modificación.

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