Prodigiosas transformaciones en el párrafo tricentésimo nonagésimo octavo de El Origen de las Especies

 

Está claro que el autor no admite transformaciones que sean prodigiosas y como si algún curioso lector le fuese a pedir ejemplos se apresura y da dos al comienzo del párrafo:

 

  1. el súbito desarrollo de las alas de las aves y murciélagos
  2. la conversión repentina de un Hipparion en un caballo

 

Pero,…un momento, ¿Está seguro el autor de que Mivart defiende estas transformaciones?,  ¿Alguien en su sano juicio ha hablado nunca del súbito desarrollo de las alas de las aves y murciélagos? Y finalmente ¿Qué es el Hipparion? Aunque el nombre ya ha aparecido en una ocasión en OSMNS, ni antes ni ahora se ha tomado el autor la molestia de describirlo.

 

El párrafo contiene la idea que llevó posteriormente a Haeckel a trucar sus imágenes de embriones de vertebrados exagerando las semejanzas entre los distintos géneros. Está expresada en estas sentencias:

 

Así, pues, el embrión ha quedado casi sin ser modificado, y sirve como un testimonio de la condición pasada de la especie. De aquí que las especies vivientes tan frecuentemente se asemejen, durante las primeras fases de su desarrollo, a formas antiguas y extinguidas pertenecientes a la misma clase.

 

Afirmación que da mucho que dudar puesto que no indica ejemplo alguno.

 

 

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Unless we admit transformations as prodigious as those advocated by Mr. Mivart, such as the sudden development of the wings of birds or bats, or the sudden conversion of a Hipparion into a horse, hardly any light is thrown by the belief in abrupt modifications on the deficiency of connecting links in our geological formations. But against the belief in such abrupt changes, embryology enters a strong protest. It is notorious that the wings of birds and bats, and the legs of horses or other quadrupeds, are undistinguishable at an early embryonic period, and that they become differentiated by insensibly fine steps. Embryological resemblances of all kinds can be accounted for, as we shall hereafter see, by the progenitors of our existing species having varied after early youth, and having transmitted their newly-acquired characters to their offspring, at a corresponding age. The embryo is thus left almost unaffected, and serves as a record of the past condition of the species. Hence it is that existing species during the early stages of their development so often resemble ancient and extinct forms belonging to the same class. On this view of the meaning of embryological resemblances, and indeed on any view, it is incredible that an animal should have undergone such momentous and abrupt transformations as those above indicated, and yet should not bear even a trace in its embryonic condition of any sudden modification, every detail in its structure being developed by insensibly fine steps.

 

A menos que admitamos transformaciones tan prodigiosas como las invocadas por míster Mivart, tales como el súbito desarrollo de las alas de las aves y murciélagos, o la conversión repentina de un Hipparion en un caballo, la creencia en modificaciones bruscas apenas arroja luz alguna sobre la falta de formas de unión en las formaciones geológicas; pero contra la creencia en tales cambios bruscos, la embriología presenta una enérgica protesta. Es notorio que las alas de las aves y murciélagos y las extremidades de los caballos y otros cuadrúpedos no se pueden distinguir en un período embrionario temprano, y que llegan a diferenciarse por delicadas gradaciones insensibles. Semejanzas embriológicas de todas clases pueden explicarse, como veremos después, porque los progenitores de las especies vivientes han variado después de su primera juventud y han transmitido sus caracteres nuevamente adquiridos a sus descendientes en la edad correspondiente. Así, pues, el embrión ha quedado casi sin ser modificado, y sirve como un testimonio de la condición pasada de la especie. De aquí que las especies vivientes tan frecuentemente se asemejen, durante las primeras fases de su desarrollo, a formas antiguas y extinguidas pertenecientes a la misma clase. Según esta opinión sobre la significación de la semejanza embriológica -y en realidad según cualquier opinión-, es increíble que un animal hubiese experimentado transformaciones instantáneas y bruscas como las indicadas antes, y, sin embargo, no llevase en su estado embrionario siquiera una huella de ninguna modificación súbita, desarrollándose cada detalle de su conformación por delicadas gradaciones insensibles.

Imagen tomada de la versión inglesa del Diccionario de neolengua. Le acompaña la leyenda:

Illustrations of dog and human embryos, looking almost identical at 4 weeks then differing at 6 weeks, shown above a 6-week turtle embryo and 8-day hen embryo, presented by Haeckel in 1868 as convincing proof of evolution. The pictures of the earliest embryonic stages are now considered inaccurate.[22]

Lectura aconsejada:

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