El autor advierte al creyente del riesgo de abandonar las regiones de la ciencia en el párrafo tricentésimo nonagésimo noveno
En un tono algo amenazante y clerical, como corresponde a su verdadera formación, el autor advierte al lector para que este no se vaya a perder en las regiones del milagro abandonando así las de la ciencia. Esto, que parece a primera vista un consejo razonable, tiene mucha miga y requiere una explicación. Evidentemente ningún científico va a defender a los milagros como explicación de algo. Eso es obvio hoy y hace cien o doscientos años. El problema es…