Prodigiosas transformaciones en el párrafo tricentésimo nonagésimo octavo de El Origen de las Especies

  Está claro que el autor no admite transformaciones que sean prodigiosas y como si algún curioso lector le fuese a pedir ejemplos se apresura y da dos al comienzo del párrafo:   el súbito desarrollo de las alas de las aves y murciélagos la conversión repentina de un Hipparion en un caballo   Pero,…un momento, ¿Está seguro el autor de que Mivart defiende estas transformaciones?,  ¿Alguien en su sano juicio ha hablado nunca del súbito desarrollo de las alas…