Orientando el estudio de la evolución en el nuevo orden mundial. Orto-Dobzhansky versus Hetero-Dobzhansky (antipodal)
Theodosius Dobzhansky (1900-1975), católico, nacido en Ucrania y establecido en USA desde 1927 es uno de los artífices de la Nueva Síntesis, es decir la revitalización del darwinismo mediante los datos de la Genética. A tal fin, Dobzhansky fue un impulsor de la Genética de Poblaciones indicando el camino mediante el cual la evolución (especiación) se podría interpretar como el cambio de la frecuencia de determinados alelos en una población. Un camino de montaña tan arriesgado y, sin embargo, a tono con las líneas maestras del darwinismo clásico, que significaba llevar el reduccionismo propio de las ramas más experimentales de la Biología (Bioquímica y Genética) a la complejidad del estudio de la evolución. Sagaz pirueta que sólo podía concebirse en una época de gran optimismo (la síntesis ocurrió en el periodo en torno a la Segunda guerra Mundial, en los años -30 y -40 del siglo XX, pero se consolidó en la postguerra).
La imagen muestra distintas versiones de Dobzhansky en los Andes y está obtenida a partir de una adaptación que Alexander Vargas ha realizado en el blog núcleodecenio a partir de una imagen publicada en un trabajo de Paul Griffith.
Con un comportamiento propio de un General de Brigada al estilo de Rommel o MacArthur, a lo largo de las sucesivas ediciones de su libro principal titulado «Genetics and the origin of the Species» (ediciones en 1939, 1941 y 1951), Theodosius Dobzhansky viene a defender la importancia de la selección natural en la evolución y cuando no se refiere directamente a la selección natural recurre a su cuasi-sinónimo, el término «adaptación».
Su frase más conocida y repetida es:
“En biología nada tiene sentido si no se considera a la luz de la evolución («Nothing in Biology Makes Sense Except in the Light of Evolution, titulo de su artículo de 1939 en The American Biology Teacher 35:125-129).
Una frase muy oida, sugerente y sobre todo,….. reversible, porque hoy, casi setenta años después de escrita por vez primera, se comienza a oir en serio su otra versión. Ocurre como si las palabras que la forman hubiesen jugado al juego de la silla y, tras dar un par de vueltas en torno a un círculo corriendo a los sones de una musiquilla, hubiesen vuelto a sentarse pero tomando posiciones diferentes para quedar así dispuestas:
Nada en evolución tiene sentido si no se considera a la luz de la biología.
El cambio anunciado puede haber comenzado y donde había una frase única y respetada por toda la comunidad científica, han empezado a surgir dudas. Y dudas, son siempre buenas noticias, porque nada en ciencia hay más fértil que un buen ramillete de dudas.
Para ilustrar el cambio nada mejor que una imagen y, por eso los amigos de nucleodecenio han tomado una fotografía del propio Dobzhansky en los Andes y le han dado la vuelta, mostrando una visión antipodal que recuerda al propio cambio sufrido por su frase. En su reciente entrada explican como, en un symposium de Evo-Devo, MQ Martindale dio la vuelta a la frase como indicando que su posición invertida hacía más justicia a la realidad que en la posición original porque el estudio del desarrollo (un aspecto convenientemente olvidado en la nueva síntesis) de los invertebrados marinos es crucial para reconstruir la historia evolutiva de los metazoos.
En la discusión que sigue a la entrada correspondiente, aquellos biólogos que presentan posiciones conservadoras más próximas a la ortodoxia de la nueva síntesis parecen preferir mantener a la frase en su posición original acompañando a un Dobzhansky de profética figura (orto) que indicaría en la correcta dirección a los ejércitos darwinistas las próximas cimas a tomar por la Biología andina. En el otro bando, a los reformistas nos gusta más la frase en su nueva versión que se correspondería con una imagen antipodal de Dobzhansky, algo despistado e indicando en dirección contraria.
El debate está servido y están todos invitados. Aquellos que se muestren partidarios de la posición invertida (antipodal o meta) habrán dado el primer paso para firmar el manifiesto por una nueva biología que sigue creciendo tanto en número como en instituciones representadas.
Desde Salamanca, apapachos, amapuches y abrazos no-darwinistas