Un triunfador

  Para mi, aunque parezca paradójico, la figura de Lamarck es la de un triunfador. Un triunfador, no en la posteridad, como profetizaba su amante hija, sino que alcanzó la meta perseguida durante su propia existencia. Otros hombres, más dúctiles y adaptables, menos opuestos a los errores y prejuicios de su época, más propensos a ceder y contemporizar, suelen alcanzar la riqueza y sienten sus hombros encorvarse bajo el peso de los honores recibidos.   A esos son a los…