La Teoría de Creación Independiente de las especies, única teoría original en esta obra, vuelve con nuevos bríos en el párrafo tricentésimo segundo de El Origen de las Especies
Dice el autor con gran atrevimiento:
me he asombrado de lo raro que es el poder citar un órgano para el cual no se conozca algún grado de transición.
Y es que, para él, ciertos órganos son grados de transición de otros órganos y de ahí su asombro precisamente porque la naturaleza no le muestre nada que no sea exactamente lo que él quiere ver; es decir lo que tiene asumido de manera preconcebida. Su mentalidad no dista mucho de la de Procrusto, paradigma de la anticiencia a quien nos hemos referido en repetidas ocasiones
Sigue empleando un tono verdaderamente peculiar:
Ciertamente es una verdad que rara vez, o nunca, se presentan en un ser viviente órganos nuevos que parezcan como creados para un fin especial, según enseña también la vieja y algo exagerada regla de Historia Natural, de Natura non facit saltum.
Puesto que si, según su teoría los órganos nuevos son aquellos que aparecen sin estar creados para un fin especial, entonces no pueden estar creados para un fin especial.
El autor acaba de prohibir que la naturaleza haga saltos. A partir de este párrafo aquellos afortunados descubridores de yacimientos excepcionales harán mejor en ocultarlos de la información pública so pena de ser perseguidos.
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Finally, then, although in many cases it is most difficult even to conjecture by what transitions organs could have arrived at their present state; yet, considering how small the proportion of living and known forms is to the extinct and unknown, I have been astonished how rarely an organ can be named, towards which no transitional grade is known to lead. It is certainly true, that new organs appearing as if created for some special purpose rarely or never appear in any being; as indeed is shown by that old, but somewhat exaggerated, canon in natural history of «Natura non facit saltum.» We meet with this admission in the writings of almost every experienced naturalist; or, as Milne Edwards has well expressed it, «Nature is prodigal in variety, but niggard in innovation.» Why, on the theory of Creation, should there be so much variety and so little real novelty? Why should all the parts and organs of many independent beings, each supposed to have been separately created for its own proper place in nature, be so commonly linked together by graduated steps? Why should not Nature take a sudden leap from structure to structure? On the theory of natural selection, we can clearly understand why she should not; for natural selection acts only by taking advantage of slight successive variations; she can never take a great and sudden leap, but must advance by the short and sure, though slow steps.
Finalmente, pues, aunque en muchos casos es dificilísimo aún el conjeturar por qué transiciones han llegado los órganos a su estado presente; sin embargo, considerando el pequeño número de formas vivientes y conocidas en comparación con el de las formas extinguidas y desconocidas, me he asombrado de lo raro que es el poder citar un órgano para el cual no se conozca algún grado de transición. Ciertamente es una verdad que rara vez, o nunca, se presentan en un ser viviente órganos nuevos que parezcan como creados para un fin especial, según enseña también la vieja y algo exagerada regla de Historia Natural, de Natura non facit saltum. La encontramos admitida en los escritos de casi todos los naturalistas experimentados, o, como Milne Edwards lo ha expresado muy bien, la Naturaleza es pródiga en variedad, pero tacaña en innovación. Según la teoría de la creación, ¿por qué ha de haber tanta variedad y tan poca verdadera novedad? Suponiendo que todas las partes y órganos de tantos seres independientes hayan sido creados separadamente para su propio lugar en la Naturaleza, ¿por qué han de estar con tanta frecuencia enlazados entre sí por series de gradaciones? ¿Por qué la Naturaleza no ha dado un salto brusco de conformación a conformación? Según la teoría de la selección natural, podemos comprender claramente por qué no lo hace, pues la selección natural obra solamente aprovechando pequeñas variaciones sucesivas; no puede dar nunca un gran salto brusco, sino que tiene que adelantar por pasos pequeños y seguros, aunque sean lentos.
Imagen de Iba Mendes Pesquisa: Natura non facit saltum?