Cambiamos de tema en el párrafo sexcentésimo octogésimo tercero del Origen de las Especies

Hemos hablado ya de las características principales del darvinés, las más notorias. Su verbosidad, es decir hablar mucho sin decir nada (detallamiento), confusión, falsa ingenuidad, todo salpimentado con abundantes referencias a autores de prestigio y renombre (argumento ad hominem)….así como el uso de esa jerga que le es propia y que consiste en una serie de lugares comunes relacionados con la lucha: supervivencia del más apto, lucha por la supervivencia y el oxímoron fundamental: selección natural.

 

Pues bien, aparte de todo esto, una característica secundaria relacionada con el ritmo de la escritura consiste en que la redacción va in crescendo hasta el momento de soltar una barbaridad, un disparate sonado. Acto seguido, cambiamos de tema. Esto acaba de ocurrir en los párrafos anteriores, tras tanta verbosidad inútil sobre los habitantes de las islas, aterrizábamos en la barbaridad con la que terminaba el párrafo anterior:

 

En este caso, la selección natural tendería a aumentar la altura de la planta, cualquiera que fuese el orden a que perteneciese, y de este modo a convertirla, primero, en un arbusto y, después, en un árbol.

 

 

Llegados a este punto, urge cambiar de tema. Dejemos que la selección natural siga haciendo de las suyas en las plantas, y vamos ahora con los animales terrestres…

 

Volvamos a la carga con un nuevo ciclo de texto en el más puro darvinés, ese lenguaje producido para generar confusión…

 

 

 

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ABSENCE OF BATRACHIANS AND TERRESTRIAL MAMMALS ON OCEANIC ISLANDS.

 

With respect to the absence of whole orders of animals on oceanic islands, Bory St. Vincent long ago remarked that Batrachians (frogs, toads, newts) are never found on any of the many islands with which the great oceans are studded. I have taken pains to verify this assertion, and have found it true, with the exception of New Zealand, New Caledonia, the Andaman Islands, and perhaps the Solomon Islands and the Seychelles. But I have already remarked that it is doubtful whether New Zealand and New Caledonia ought to be classed as oceanic islands; and this is still more doubtful with respect to the Andaman and Solomon groups and the Seychelles. This general absence of frogs, toads and newts on so many true oceanic islands cannot be accounted for by their physical conditions; indeed it seems that islands are peculiarly fitted for these animals; for frogs have been introduced into Madeira, the Azores, and Mauritius, and have multiplied so as to become a nuisance. But as these animals and their spawn are immediately killed (with the exception, as far as known, of one Indian species) by sea-water, there would be great difficulty in their transportal across the sea, and therefore we can see why they do not exist on strictly oceanic islands. But why, on the theory of creation, they should not have been created there, it would be very difficult to explain.

 

Por lo que se refiere a la ausencia de órdenes enteros de animales en las islas oceánicas, Bory St. Vincent hizo observar, hace mucho tiempo, que nunca se encuentran batracios -ranas, sapos, tritones- en ninguna de las muchas islas de que están sembrados los grandes océanos. Me he tomado el trabajo de comprobar esta afirmación, y la he encontrado exacta, exceptuando Nueva Zelanda, Nueva Caledonia, las islas de Andaman y quizá las islas Salomón y las Seychelles. Pero ya he hecho observar antes que es dudoso que Nueva Zelanda y Nueva Caledonia deban clasificarse como islas oceánicas, y todavía es más dudoso por lo que se refiere a los grupos de Andaman y Salomón y las Seychelles. Esta ausencia general de ranas, sapos y tritones en tantas islas verdaderamente oceánicas no puede explicarse por sus condiciones físicas; realmente parece que las islas son particularmente adecuadas para estos animales, pues las ranas han sido introducidas en la de la Madera, las Azores y Mauricio y se han multiplicado tanto que se han convertido en una molestia. Pero como el agua del mar mata inmediatamente estos animales y sus puestas -con excepción, hasta donde alcanza mi conocimiento, de una especie de la India-, tiene que haber gran dificultad en su transporte a través del mar, y por esto podemos comprender por qué no existen en las islas rigurosamente oceánicas. Pero sería dificilísimo explicar, dentro de la teoría de la creación, por qué no habían sido creados en estas islas.

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