Siguiendo de nuevo a Lamarck, inteligentemente, en el párrafo septingentésimo vigésimo segundo de El Origen de las Especies

 

Comienza ahora una sección sobre semejanzas analógicas. Las semejanzas en la forma del cuerpo entre las ballenas y los peces, dice, son analógicas. Se dan otros ejemplos de semejanzas sin que haya proximidad. Todo esto no tiene ningún sentido en una obra en la que el autor no se ha molestado nada en describir las categorías taxonómicas pues no tenemos otro criterio que el de las categorías taxonómicas para distinguir si esta proximidad existe o no.

 

 

722.

 

ANALOGICAL RESEMBLANCES.

 

We can understand, on the above views, the very important distinction between real affinities and analogical or adaptive resemblances. Lamarck first called attention to this subject, and he has been ably followed by Macleay and others. The resemblance in the shape of the body and in the fin-like anterior limbs between dugongs and whales, and between these two orders of mammals and fishes, are analogical. So is the resemblance between a mouse and a shrew-mouse (Sorex), which belong to different orders; and the still closer resemblance, insisted on by Mr. Mivart, between the mouse and a small marsupial animal (Antechinus) of Australia. These latter resemblances may be accounted for, as it seems to me, by adaptation for similarly active movements through thickets and herbage, together with concealment from enemies.

 

Semejanzas analógicas. -Según las opiniones precedentes, podemos comprender la importantísima diferencia entre las afinidades reales y las semejanzas analógicas o de adaptación. Lamarck fue el primero que llamó la atención sobre este asunto, y ha sido inteligentemente seguido por Macleay y otros. Las semejanzas en la forma del cuerpo y en los miembros anteriores, en forma de aletas, que existe entre los dugongs y las ballenas, y entre estos dos órdenes de mamíferos y los peces, son semejanzas analógicas. También lo es la semejanza entre un ratón y una musaraña (Sorex) que pertenecen a órdenes diferentes, y la semejanza todavía mayor, sobre la cual ha insistido míster Mivart, entre el ratón y un pequeño marsupial (Antechinus) de Australia. Estas últimas semejanzas pueden explicarse, a mi parecer, por adaptación a movimientos activos similares, entre la hierba y los matorrales, y a ocultarse de los enemigos.

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