–          La retórica permite analizar el discurso.

–          Y bien? -Dirán algunos-, nada nuevo bajo el sol.

 

Pero… cuidado! La retórica permite también analizar el discurso científico que también es discurso. Así,  quienes pensaban que la ciencia sigue su curso independiente de las llamadas “letras” se pueden llevar grandes sorpresas.

Una sorpresa nos llevábamos el otro día al realizar el análisis retórico de El Origen de las Especies y encontrar que de las tres finalidades que Ciceron atribuía al lenguaje: Docere, movere, delectare, la obra de Darwin se dedica a la segunda (movere, conmover) y no a la primera como correspondería a un texto científico. Dicho de otro modo, que el Origen de las Especies es obra de la Épica y no de la Ciencia.

Hay, en esta obra, párrafos y sentencias que son propios de un sermón. No en vano la formación académica de Charles Darwin era la de un clérigo. Así el párrafo final que comienza de esta manera:

 

Es interesante contemplar un enmarañado ribazo cubierto por muchas plantas de varias clases, con aves que cantan en los matorrales, con diferentes insectos que revolotean y con gusanos que se arrastran entre la tierra húmeda, y reflexionar que estas formas, primorosamente construidas, tan diferentes entre sí, y que dependen mutuamente de modos tan complejos, han sido producidas por leyes que obran a nuestro alrededor.

 

Ahí están esos gusanos. Ah! los gusanos, sempiternos gusanos, tan frecuentes a lo largo y ancho de la Biblia y presentes en multitud de sermones  como éste del predicador del Oeste  que encontramos en la novela Tierra de Gigantes de OE Rolvaag:

 

Se dijo el pastor que había descendido al terreno de los lugares comunes, pero siguió hablando, poniendo todo su corazón en las palabras… La gente le escuchaba con toda atención; la madre de los tres niños cesó de ahuyentar a la mosca; daban ganas de decirle que siguiera cumpliendo su deber y no prestara atención… Pero, de pronto, pareció convertirse en la propia madre del pastor, como si esta se hallara delante en carne y hueso; y el pastor recordó como su madre había luchado y sufrido, una de tantas precursoras, primero en Illinois y después en Minnesota. Se conmovió profundamente al percibir el reflejo del destino de la que le dio el ser; sus palabras brotaron ahora fluidas, sin el menor esfuerzo… “Pero cuando un amor así existe entre una madre inmigrante y sus hijos ¿Qué no será cuando el amor se eleva hacia la divinidad, cuando el amor de quien es fuente de todo amor, de quien cuida de toda vida, si, hasta de la vida del gusano que se arrastra por la tierra?…»

 

Lectura recomendada:

 

Está usted de broma Mr Darwin? La retórica en el corazón del darwinismo.

 

 

 

Imagen: «Early bird stereograph2» by E.R. McCollister – Library of Congress[1]. Licensed under Public Domain via Commons – https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Early_bird_stereograph2.jpg#/media/File:Early_bird_stereograph2.jpg

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