El método experimental mantiene la ficción al margen de la biología
En una de las primeras entradas de este blog vimos que, según la opinión del historiador Arnold J. Toynbee expresada en su clásico tratado (A Study of History, 1934), en Historia resulta imposible evitar la ficción. Pero cuando Toynbee escribía esto no era, ni mucho menos, el primero en expresarse así. Años antes, en una carta a su amigo el Conde de Fíchalo fechada el 15 de Junio de 1885, Eça de Queiroz escribía:
En vano, amigo, se consultan documentos, mármoles de museos, estampas y cosas en lenguas muertas: La Historia será siempre una gran fantasía
La ciencia moderna surge vigorosa y se desarrolla precisamente para no tener que admitir siempre esa deshonrosa incomodidad de andar dando concesiones a la fantasía. La ciencia en general, y en particular, la Biología, representan la búsqueda de algo más sólido y permanente que pueda quedar libre del acecho de los peligros de la fantasía de que nos han hablado Toynbee y Eça de Queiros. Para ello tienen sus recursos. Sus métodos seguros, rigurosos; de modo que, si bien cualquier descripción de los hechos, tendrá abundante fantasía para el literato y para el historiador, no deberá ser así para el biólogo, quien, a tal fin podrá centrarse en hechos reproducibles del laboratorio. Que los hechos son reproducibles viene a significar, ni más ni menos eso: que se ha privado a su interpretación de toda fantasía.
Entonces surgen otros inconvenientes, porque expulsada de su medio natural (la descripción de los hechos), la fantasía ejerce libre su venganza.
expulsada de su medio natural (la descripción de los hechos), la fantasía ejerce su venganza
La venganza de la fantasía expulsada de sus relatos consiste en la aparición de dificultades, ante las cuales el biólogo debe estar extraordinariamente atento, si no quiere verse inmerso en errores. Una de esas dificultades (que ya ha dado lugar a un grave error) consiste en realizar descripciones híbridas de los hechos, mezclando aquellos que son relatos históricos con los que proceden de la pura experimentación. La llamada Nueva Síntesis (New Synthesis, Modern Synthesis, Evolutionary Synthesis), es un ejemplo de estos errores.
Otra dificultad consiste en la necesidad ineludible de distinguir cuidadosamente hechos de teorías. Confundir los hechos con teorías es otro error en la base del darwinismo. He aquí una cuestión bien importante:
¿Será posible distinguir un hecho de una teoría? Sí, no solamente es posible sino que es necesario. En ciencia los hechos se admiten y se respetan como tales. Se explican mediante hipótesis o teorías. En esto la biología va por delante de la historia porque puede someter sus teorías a experimentación. Así para referirse a una teoría científica, la pregunta nunca será si dicha teoría es o no es verdadera. Una teoría no ha de ser verdadera. Ha de proporcionar nuevas explicaciones de los hechos que puedan ponerse a prueba cuando los hechos hayan sido privados de fantasía, es decir, en la experimentación.
Bibliografía
Eça de Queiros. Correspondencia; lectura, coordenaçao, prefacio e notas de Guilerme de Castillo; Lisboa, Imprensa Nacional-Casa da Moeda, 1983, 1er vol., p 265-266. Citado en: “A Ilustre Casa de Ramires» . Editorial Presenta. Lisboa, 2004.
La imagen procede del blog Ojos de Papel