Olmo seco

El poeta, como el cristalógrafo, descubre la estructura profunda de la materia.

Aunque Antonio Machado es más conocido por sus poemas que por su obra en prosa, todos sus textos contienen una misma Poesía: Un modo coherente de entender la vida, como buscando en ella un principio cristalino que igual emerge cuando habla de un señor de Soria, de un olmo seco o de la perversión que ha pasado durante ciento cincuenta años por ser gran descubrimiento científico.

La luz de Machado revela la estructura del mundo como si las cosas más dispares estuviesen formadas por átomos idénticos en una red común. Por ejemplo, su poema “A un olmo seco” puede servir para describir muchos objetos diferentes, entre ellos tal vez también alguna hipótesis o teoría científica:

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

También el señor que aquí se lleva la mano al alfiler de su corbata podría ser el mismo Darwin paseando por Regent Street:

Te he visto, por el parque ceniciento
que los poetas aman
para llorar, como una noble sombra
vagar, envuelto en tu levita larga.
El talante cortés, ha tantos años
compuesto de una fiesta en la antesala,
¡qué bien tus pobres huesos
ceremoniosos guardan!
Yo te he visto, aspirando distraído,
con el aliento que la tierra exhala
hoy, tibia tarde en que las mustias hojas
húmedo viento arranca,
del eucalipto verde
el frescor de las hojas perfumadas.
Y te he visto llevar la seca mano
a la perla que brilla en tu corbata.:

Pero si los ejemplos anteriores pueden hacernos dudar, lo cual por lo general es bueno, aunque no convincente, en Juan de Mairena, una de sus obras maestras, Machado nos legó un breve pero conciso fragmento dedicado al darwinismo. En este caso no hay duda de quién es el retratado.

Dice:

El siglo XIX es esencialmente peleón. Se ha tomado demasiado en serio el struggle-for-life (sic) darwiniano. Es lo que pasa siempre: Se señala un hecho; después se le acepta como una fatalidad; al fin, se convierte en bandera. Si un día se descubre que el hecho no era completamente cierto, o que era totalmente falso, la bandera más o menos descolorida, no deja de ondear.

Antonio Machado. Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo. 1936. Clásicos Castalia, Madrid (1972), pags. 52-53.

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10 comentarios

  1. Gracias Pedro. Queda por ver si los darwinistas o aquellos biólogos evolutivos que defienden a la Selección Natural están de acuerdo o no con la opinión del poeta………..

  2. Señor Cervantes, deje la sofisteria y el proselitismo aparcado y retome la senda de la razón. Si usted cree que la teoría de la evolución por selección natural es errónea lo que debe hacer es investigar sobre el tema y aportar pruebas. Tergiversar el contenido de algunos artículos científicos no le capacita para desmontar una teoría que de momento está amplisimamente aceptada por la comunidad científica. Es lo bueno que tiene el método científico, mas tarde o mas temprano lo que es falso sale a la luz. Anímese a cambiar el paradigma.

  3. Señor don Javier,

    Muchas gracias por firmar con su nombre. Ya es algo de agradecer en estos debates. Aunque en el correo electrónico que me envía a mi el sistema dice Francisco Martínez (UAH).

    Gracias también por lo de sofistería: Razonamiento sofístico es ni más ni menos el que emplea refinada sutileza según la RAE. Machado podría ser ejemplo de sofistería aunque suene mal la palabra.

    Por lo tanto no apartado de la senda de la razón, aunque claro esto de la razón puede ser subjetivo al contrario de lo que algunos piensan. ¿Acaso usted es de los que piensan que sólo existe una razón?. Si es así seguro que es la suya.

    ¿Aportar pruebas? Dice. ¿De qué? ¿De que la naturaleza no es una pelea de gallos? ¿De que no está regida por la lucha? ¿De que una especie no se convierte en otra por vencer en competición alguna?

    ¿A qué pruebas se refiere?

    Lo que va haciendo la comunidad científica en torno a usted es darse cuenta de que tal teoría no tiene motivos (ni pruebas) para estar tan amplísimamente aceptada como usted indica. A la vez, los científicos se van dando cuenta de que no están aislados y que su actividad no es independiente de la sociedad.

    Dígame por favor de qué artículo científico he tergiversado yo el contenido y en qué ocasión. Si es preciso lo discutiremos en su lugar apropiado que no creo que sea precisamente en los comentarios a esta entrada.

  4. Señor Cervantes, sería de mi agrado que dejase la ironia y el sarcasmo porque suelen aparecer cuando las razones brillan por su ausencia, se lo digo sin animadversión. Creo que usted es un defensor del Lamarckismo, sino es así le pido disculpas, y las pruebas que le solicitaba tienen que ver con esta hipotesis. Los defensores de la teoría de la evolución por selección natural ya se encargan de aportar las suyas. Yo entiendo que es un trabajo arduo pero si aceptase el reto y encontrase pruebas contundentes, la comunidad científica, unos a regañadientes y otros con admiración, aceptarían el cambio de paradigma.
    Lo que usted plantea con su sofistería (ver otra acepción de la RAE) es que la comunidad científica vive en un estado de alienación permanente, no siendo conscientes del craso error en el que se hayan inmersos.
    Por ultimo, decirle que no soy de los que pienso que solo existe una razón. Para explicar un fenomeno puede haber una o varias razones pero ella, o todas ellas, deben ser probadas con reiteración. Así es la ciencia.

  5. Señor don Javier,

    Para decir usted las cosas sin animadversión emplea un tono que no es el más adecuado.

    La ironía y el sarcasmo aparecen independientemente de las razones. Quevedo por ejemplo empleaba a gusto la ironia y el sarcasmo y no le faltaba razón.

    Usted no me tiene que pedir disculpas por decir que soy defensor del lamarckismo. Usted tiene que pedirme disculpas por muchas otras cosas con las que me ha faltado en sus dos breves y ponzoñosos comentarios anteriores. Le indico algunas de sus perlas por si realmente quiere pedir disculpas con motivo.

    En el primer comentario:

    Me acusa de proselitismo y de haber perdido la senda de la razón. Además me acusa de tergiversar el contenido de artículos científicos.

    En el segundo comentario:

    Me acusa usted de plantear que la comunidad científica vive en un estado de alienación permanente.

    Esto no lo he dicho yo sino usted. Como científico es ofensivo para mí que alguien me atribuya arbitrariamente semejante falsedad.

    Sé muy bien cómo es la ciencia y sé lo que la Selección Natural ha aportado a la ciencia y fuera de la ciencia.

    Por favor dígame ya si no es molestia de qué artículos científicos he tergiversado yo el contenido.

    Ah! Y usted que tan bien sabe cómo es la ciencia indiqueme si puede todas las pruebas que tenga a favor de la Selección Natural en la formación de especies.

    Hasta luego

  6. Sr. Javier,
    Tengo una pregunta para Ud. ¿Desde cuando una teoría aceptada casi universalmente tiene que ser necesariamente cierta?
    Ud. sabe como yo y todos los científicos que la mayoría no conlleva la razón. Eso se llama Imposición o Dogmatismo. La razón se obtiene cuando una teoría se demuestra con pruebas.
    Estaría Ud. en disposición de demostrar experimentalmente cómo una especie se convierte en otra por la llamada selección natural.
    Ud ha terminado su discusión como en las películas. A mi eso no me gusta en la Ciencia. Por eso, como en los cines de sesión continua, la película vuelve a empezar.
    Vaya Ud. con Dios, Sr. Javier. Le saluda
    Un Sisón

  7. Uy Uy Uy……

    El señor Javier no es el único que termina como en las películas. En los comentarios a esta entrada que pongo aquí debajo hay otro ejemplo:

    http://www.madrimasd.org/blogs/biologia_pensamiento/2010/05/10/131783

    Afortunadamente copie el debate entero que aparece en el primero de los comentarios porque acto seguido fui borrado de la red correspondiente y cuando fui a ver el segundo comentario (recibido hoy en mi buzón de e-mail) ya no pertenecía a la citada Red (Periodismo Científico y Divulgativo). Parece que hubo una mano negra y no debió de ser la del administrador quien en otro correo me preguntaba si sabía algo al respecto………..

    Esto es lo que ocurre, querido amigo Sisón, cuando uno choca con el dogma: Finales precipitados de debates, censura, etc, etc……

  8. Fantastico tu blog!!

    Celebro que tu sigas tus propias ideas, y no las que se te dicten, encuentro en ello una buena manera de ser.

    «La biología es la ciencia de la vida; pero, …..la vida, impredecible e indefinible, escapa como agua del cesto de la ciencia».

    Y creo que desde tus conocimientos ya tienes mucho de que animar tu blog, la prueva, tienes unos textos fantasticos.
    Un cordial saludo.

    Nota:
    Me gusta esa frase tan veridica, no obstante debemos proteger la vida tanto como la biodiversidad, ambas ban estrechamente liadas…

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