Cae el dogma: Nuevas respuestas a viejas cuestiones
La combinación de mutación al azar y selección natural es una de las más extrañas y estériles producciones de la ciencia. Empero, es crucial para el mantenimiento del edificio que a menudo se viene llamando “moderna teoría evolutiva” (identificado a diestro y siniestro como darwinismo).
La exaltación del azar es la cruz de una moneda de uso corriente en el darwinismo que en su cara presenta la imposibilidad de la herencia de caracteres adquiridos. Los organismos son interpretados así como entidades casi-impermeables al ambiente cuyas fuentes de variación importan poco y se basan en las extrañas teorías de Weismann, un influyente biólogo y eugenista alemán que, sin fundamento experimental alguno, proponía que la línea germinal es independiente de la somática y que la experiencia del individuo no puede influir en cambios heredables.
Junto con la selección natural, las mutaciones al azar (y su contrapartida, la imposibilidad de la herencia de caracteres adquiridos) constituyen la esencia del darwinismo. Por primera y puede que única vez en la historia de la ciencia, el azar fue invitado a ocupar un lugar de privilegio, un auténtico trono. A su lado, en otro trono semejante se sienta la tautología.
Pero todo cambia y para dar lugar al cambio, nuevas respuestas surgen respondiendo a viejas preguntas.
En este caso las viejas preguntas son:
¿Es cierto que las mutaciones son al azar? ¿Qué pruebas existen en favor de ello?
Un reciente artículo en Proceedings of the Royal Society B, titulado “Even small SNP clusters are non-randomly distributed: is this evidence of mutational non-independence?” indica que el dogma comienza a quebrarse. El artículo se ha destacado en The Scientist con un comentario titulado:
Veamos aquí, de momento, tan solo como comienza el comentario. Lean una de sus primeras frases y reflexionen acerca de si es o no compatible con los esquemas al uso acerca de cómo debe operar la mentalidad científica. La frase dice:
Do genetic mutations really occur at random spots along the genome, as researchers have long supposed?
¿Es lícito utilizar de esta manera el verbo suponer, como si el suponer ya diera algún derecho para mantener una idea?
¿Tiene algún sentido la frase “as researchers have long supposed”?. Si lo tiene, entonces a qué researchers se refiere? ¿A todos? ¿A los de alguna escuela en particular? ¿O es que todos los researchers debemos ser obedientes con determinadas suposiciones?
Si leen el artículo, irán viendo cómo el pilar fundamental de un dogma se empieza a quebrar. En años sucesivos veremos cómo cae entero. Primero, las mutaciones no tienen por qué ser siempre al azar. Luego, la herencia de caracteres adquiridos puede ser algo mucho más normal y habitual de lo que se ha “supuesto”, aunque sus mecanismos se desconozcan (por no haberse investigado).
Finalmente, la selección natural es incapaz de aportar nada nuevo puesto que es una tautología.
Las entradas que se citan a continuación trataban sobre estos temas:
• El azar: Invitado de honor por primera vez en la Historia de la Ciencia
• El protocolo de la genética y el dogma de la mutación espontánea (I)
• El protocolo de la genética y el dogma de la mutación espontánea (II)
• El protocolo de la genética y el dogma de la mutación espontánea (III)
• El protocolo de la genética y el dogma de la mutación espontánea (IV)
• Herencia de caracteres adquiridos: Ejemplos en bacterias
• Herencia de caracteres adquiridos: Ejemplos sencillos en plantas
Algo más recientemente:
• Restauración del lamarckismo: La Medicina vuelve a su lugar en la vanguardia de la Ciencia