Cualidad menguante y ya casi extinguida, la perspicacia, solía reflejarse cual rayo de luz al leer textos de los periodistas antiguos, cuya agudeza penetraba en los recovecos de la realidad hasta puntos insospechados.

La perspicacia llevaba a veces al periodista a perderse en digresiones. Tan lejos habría llegado  en su sondeo de la realidad que luego resultaba difícil encontrar el camino de retorno. Así por ejemplo, llegado un artículo a una frase muy inspirada, podría continuar con otras bien confusas.

Al igual que mi amigo Joaquín, del Majao Público, he estado ojeando una reciente edición de las obras completas de Leopoldo Alas “Clarín».

En un texto publicado en 1894, Clarín nos ofrece un magnífico ejemplo de perspicacia. Las dos primeras líneas son buena muestra de agudeza y capacidad de penetración. El resto es prueba de la confusión que proviene sin duda de haberse perdido o de haber dado por bueno un dogma. Veamos:

Porque, nótese, que así como ahora el transformismo transformado de los continuadores de Darwin no admite que entre en la herencia el resultado orgánico del uso individual, así en la ciencia que habíamos de continuar, heredaríamos, si acaso, de antiguas tendencias y aptitudes, rasgos generales, pero no la manera particular del pensamiento y de los ideales de entonces. Así, por ejemplo, nuestros nuevos metafísicos no necesitarían ser, ni serían como por herencia, ante todo teólogos de un dogmatismo positivo, y dentro de éste, defensores extremados de la concentración autoritaria. No es fácil prever qué sesgo tomarían las cualidades propias de la raza enfrente de la nueva vida científica emprendida, no por copia sacada, como al trasluz de los extranjeros, sino por asimilación seria, sistemática, constante.

Lo que hay que destacar es el “no admite”. Clarin se daba cuenta de que existía una prohibición en la ciencia. La prohibición generaba confusión y echaba a perder el discurso.

Referencia

Clarín. Un Proyecto. El Globo, 23 de Abril de 1894.

Tomado de:  Obras Completas de Clarín. VIII Artículos 1891-1894. p 725.

Ediciones Nobel SA Oviedo. 2005.

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8 comentarios

  1. Prefiero al Clarín crítico literario. Pero en cualquier terreno, Leopoldo Alas era perspecacísimo.

    P.S. Sus obras completas es para perderse en ellas durante un año entero. Era un escritor muy donoso, y perspicaz desde luego. Fama merecida.

    Saludos.

  2. Otras «prohibiciones» de la ciencia:
    La relatividad «no admite» velocidades mayores que la de la luz
    La termodinámica «no admite» temperaturas inferiores al los -273 K
    Por no poner más que dos ejemplos muy conocidos
    Decir que la expresión «no admite» significa que «Clarín» advertía que en el darwinismo había gato encerrado es confundir la perspicacia con la teoría de la conspiración. Esta vez se ha agarrado Vd. a un clavo excesivamete ardiente y, con tal de seguir machacando al darwinismo, está apunto de caer en el integrismo y la obsesión. Cuídese Sr. Cervantes.

  3. Gracias Joaquín por el primer comentario esperado y, como siempre por compartir lecturas e impresiones gratas y amables.

    Bonitos ejemplos trae usted hoy señor Merinero, creo que le agradeceríamos algunos más. El más disparatado quedaría a años luz de la prohibición de Arthur Weismann, eugenista reconocidos en la historia de la biología. Lo del darwinismo ya no es gato encerrado, es el gato al aire libre campando por sus respetos en las cocinas de la biología.

    Con éste suman seis sus comentarios. Puede verlos todos si hace una búsqueda poniendo su nombre, verá que es de los pocos que me vienen metiendo el palo entre los radios de la bicicleta de cuando en cuando. Enhorabuena por su tesón y que le dure. Este blog se nutre de todo tipo de opiniones

  4. Estimado Sr. Cervantes:

    Le escribo desde la ciudad de Rosario, Argentina, para felicitarlo por la importancia de su presencia en la web. Soy estudiante universitario de historia, y deseo especializarme en historia de la ciencia, por lo que su blog me es de gran ayuda.

    Mientras sobrevivo a mi experiencia universitaria, las lecturas filosóficas y las miradas críticas de nuestro mundo -como la suya- me ayudan a pasar el mal rato, y eventualmente prometen esperanza para el futuro.

    Espero por lo tanto, que al recibir mi diploma y comenzar mi andadura por la engañosa senda de los doctos, pueda compartir con Ud. la defensa de la honestidad intelectual, de la ética científica no-dogmática, y de una filosofía de la ciencia que se preocupe menos en defender una trinchera vacía que y más en cavar la siguiente.

    Afectuosamente,

    Andrés

  5. Estimado Andrés,

    Si mantengo este blog con gran esfuerzo y dedicación es principalmente porque de cuando en cuando recibo comentarios como el suyo. Se lo agradezco mucho y me honra poder serle útil.

    Espero que tenga éxito en sus estudios y que su carrera sea fructífera. Cuente conmigo si encuentra algún aspecto en el que sus planteamientos puedan requerir tal colaboración.

    Atentamente,

  6. Aqui no Brasil também sou um assíduo freqüentador deste interessantíssimo blog. Um dos poucos no âmbito que trabalham com ética e honestidade intelectual. Também por isso felicito ao nobre Emilio Cervantes.

    Mui grato,

  7. La perspicacia llevaba a veces al periodista a perderse en digresiones.»

    Efectivamente, «disgresiones»! ¿se siente identificado con esta palabra eh?

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