Dos principios o tres en el párrafo septingentésimo sexagésimo de El Origen de las Especies

Explicar los complejos problemas del desarrollo es tarea del naturalista y no del aficionado. Para ello hay que comenzar por plantearlos correctamente, cosa que ya vimos que nuestro autor era incapaz de hacer. Ante la falta de planteamientos adecuados y de explicaciones surge como siempre, el recurso fácil al dogma, a los principios. Aquí hay un par de ejemplos. Por si fuera poco, el recurso a las variedades domésticas asegura un nuevo párrafo en el más puro lenguaje darviniano.

 

 

760.

 

These two principles, namely, that slight variations generally appear at a not very early period of life, and are inherited at a corresponding not early period, explain, as I believe, all the above specified leading facts in embryology. But first let us look to a few analogous cases in our domestic varieties. Some authors who have written on Dogs maintain that the greyhound and bull-dog, though so different, are really closely allied varieties, descended from the same wild stock, hence I was curious to see how far their puppies differed from each other. I was told by breeders that they differed just as much as their parents, and this, judging by the eye, seemed almost to be the case; but on actually measuring the old dogs and their six-days-old puppies, I found that the puppies had not acquired nearly their full amount of proportional difference. So, again, I was told that the foals of cart and race-horses—breeds which have been almost wholly formed by selection under domestication—differed as much as the full-grown animals; but having had careful measurements made of the dams and of three-days-old colts of race and heavy cart-horses, I find that this is by no means the case.

 

Estos dos principios -a saber: que las variaciones ligeras generalmente aparecen en un período no muy temprano de la vida y que son heredadas en el período correspondiente- explican, creo yo, todos los hechos embriológicos capitales antes indicados; pero consideremos ante todo algunos casos análogos en nuestras variedades domésticas. Algunos autores que han escrito sobre perros sostienen que el galgo y el bull-dog, aunque tan diferentes, son en realidad variedades muy afines, que descienden del mismo tronco salvaje; de aquí que tuve curiosidad de ver hasta qué punto se diferenciaban sus cachorros. Me dijeron los criadores que se diferenciaban exactamente lo mismo que sus padres, y esto casi parecía así juzgando a ojo; pero midiendo realmente los perros adultos y sus cachorros de seis días, encontré que en los cachorros, en proporción, las diferencias no hablan adquirido, ni con mucho, toda su intensidad. Además, también me dijeron que los potros de los caballos de carreras y de tiro -razas que han sido formadas casi por completo por selección en estado doméstico- se diferenciaban tanto como los animales completamente desarrollados; pero habiendo hecho medidas cuidadosas de las yeguas y de los potros de tres días, de razas de carrera y de tiro pesado, encontré que esto no ocurre en modo alguno.

 

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