La noticia reciente de un caballo muerto en Barcelona debido a un golpe de calor trae a la memoria una metáfora que Adrian Desmond relata en su biografía de Thomas Henry Huxley.

Al parecer en los años cincuenta del siglo XIX se estaba reestructurando la Ciencia en Inglaterra. El dominio de los grupos conservadores liderados par la aristocracia y la jerarquía eclesiástica debería dejar lugar a otras parcelas de poder que estarían representadas por científicos de apariencia más independiente. En aquella época,  nos cuenta Desmond,  la ciencia debería venir a ser como los caballos que tirasen del carro de la Industria. Muy bien. Aplaudimos hasta ahí la metáfora: Una nueva ciencia a la que se le pide músculo.

El cambio tuvo un enorme éxito y desde entonces se viene pidiendo a la Ciencia eso: Músculo, potencia para tirar de carro de la industria.  Más músculo que reflexión,  sin duda, porque lo que no dice Desmond es quién iría sentado en el pescante gobernando las riendas de dicho carro que portaría la carga de la industria y sería arrastrado por la potencia equina de la ciencia. ¿Quién llevará las riendas en el carro de su metáfora, Mr Desmond? ¿Tal vez la banca?

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