Fantasma semántico: Ejemplos de Contradictio in adiecto

 

Entre los errores habituales en el uso del lenguaje,  en particular del lenguaje científico,  nos encontramos con distintos tipos de fantasmas semánticos, es decir construcciones perversas, carentes de significado, cuya función real no es otra que dirigir el comportamiento, obligando al hablante a transitar por determinados caminos sin salida. El fantasma semántico toma distintas formas, entre ellas  la Contradictio in adiecto.

 

 

Literalmente, Contradictio in adiecto, significa una contradicción por adición, y  se refiere a adición de contrarios, es decir presencia de dos significados contradictorios en la misma expresión.

En  un párrafo denso , pero muy rico en contenidos,  de su obra titulada «Sobre la Voluntad en la Naturaleza»,  Schopenhauer aporta dos ejemplos:

 

 

Para poderse sonreír de anticipado al oír hablar de simpatía secreta o de acción mágica, es preciso hallar al mundo por completo comprensible, cosa que no cabe le suceda más que a aquel que lo mira con superficial mirada, sin sospechar siquiera que estamos sumidos en un mar de enigmas y de incomprensibilidades, y que no conocemos inmediatamente a fondo las cosas ni a nosotros mismos. La opinión opuesta a ésta es la que hace precisamente que casi todos los grandes hombres, independientemente de tiempo y nacionalidad, hayan tenido un cierto tinte de supersticiosos.  Si nuestro modo natural de conocer fuera tal que nos procurase inmediatamente las cosas en sí y, por tanto, relaciones absolutamente verdaderas de las cosas y sus respectos, estaríamos autorizados a rechazar a priori e incondicionalmente, por consiguiente, toda presciencia del futuro, todas las apariciones de ausentes o de moribundos, o aun de difuntos, y toda influencia mágica. Mas si, como enseña Kant, lo que conocemos no es más que meros fenómenos, cuyas formas y leyes no se extienden a las mismas cosas en si, es evidentemente precipitado rechazar tales fenómenos, puesto que se apoya el tal rechazo en leyes cuya a-prioridad se limita a los fenómenos, quedando fuera de ellas las cosas en si, a que tiene que pertenecer también nuestro propio yo interno. Y son estas precisamente, las cosas en sí, las que pueden tener con nosotros relaciones de que broten los citados procesos, sobre que hay que esperar decisión a posteriori, sin anticiparnos a ella..  El que los ingleses y los franceses se obstinen en rechazar a priori la autenticidad de tales procesos, depende de que están todavía sometidos en lo esencial a filosofía lockiana, según la cual no conocemos la cosa en sí más que por impresión sensible y sacándola de ésta, teniéndose inconsecuencia por incondicionadas las leyes del mundo material y sin hacer valer otra que el influjo físico. Creen por lo tanto, en una física, pero no en metafísica alguna, y no estatuyen otra magia más que la llamada “magia natural”, expresión que encierra la misma contradictio in adiecto que física sobrenatural a pesar de lo cual empléasela en serio innumerables veces, y a esta otra expresión una sola vez y ella en broma por Lichtenberg.

 

 

En este texto, Schopenhauer nos muestra dos ejemplos de Contradictio in adiecto: magia natural y física sobrenatural. Del mundo de la política y del de las finanzas se podrían obtener más  ejemplos como Soberanía popular o Deuda soberana. Un ejemplo del mundo de la ciencia puede ser la autoridad científica. Otro frecuente e importante en el mundo de la física es el de Experimento mental o experimento imaginario.

Del mundo de la literatura tenemos buenos ejemplos, así el realismo mágico. El negroblanco de Orwell es otro buen ejemplo de Contradictio in adiecto. En este caso tiene una función clara: dar la razón a quien ostenta el poder. Es decir que si un cabo ve que algo es blanco, el soldado siempre ha de verlo blanco; pero si es el soldado quien lo ve blanco, puede darse el caso de que el cabo decida que ha de ser, no blanco sino negroblanco, es decir, negro.

De la lectura de los textos de Darwin hemos obtenido,  hasta el momento,  dos buenos ejemplos de Contradictio in adiecto. Son: Selección Natural y Selección inconsciente.  Fantasmas semánticos, construcciones mentales realizadas con un objetivo muy preciso:   la obligación de  transitar obedientemente por un camino que no conduce a ninguna parte.

Nota añadida el nueve de diciembre de 2011

 

Del mundo de la filosofía y a través de una recensión que el señor JL Pozo escribió del  libro «La Crisis Latente del Darwinismo», de Mauricio Abdalla, obtenemos un importante fantasma semántico: La filosofía materialista o el materialismo filosófico.

Echada la bola a rodar, en los comentarios a la entrada en la que se criticaba aquel comentario, surgieron otros fantasmas semánticos importantes:   inteligencia emocional, revisionismo histórico, herejías científicas, competición democrática,…...

 

Seguiremos investigando,…….

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