La imagen presenta a tres semillas de Arabidopsis thaliana vistas en microscopía de fluorescencia. Porque las ideas, como las semillas, tienen un destino que es el de germinar para luego poder dar flores y frutos que contengan en sí a nuevas semillas.

Ilustra esta imagen una segunda lectura todavía más corta que la primera, pero que no por ello será de menor interés o habremos de dedicarle menos tiempo. Es seguro que quedará grabada de manera indeleble en la memoria de algún lector que, a su vez habrá de transmitirla, y así puede que, saltando de memoria en memoria, de lector a lector, la idea que contiene irá llegando a sus destinos naturales que, ansiosamente, aunque tal vez sin saberlo, le estarán esperando, y en los que podrá germinar y más adelante, dar frutos .

Se trata de un fragmento de Novalis, de su obra titulada los discípulos en Saïs, un tratado único acerca del descubrimiento de la Naturaleza que, leído con la debida paciencia puede revelar claves interesantes demostrando que el romanticismo atraviesa hoy por un momento de gran actualidad e interés.

Dice así:

Quien quiera llegar a conocer la Naturaleza, que cultive su sentido moral. Que piense y actúe según la esencia noble de su alma; y la Naturaleza se abrirá ella misma delante de él. La acción moral es la gran tentativa en la que se resuelven todos los enigmas, en fenómenos innumerables. Quien la comprende y puede lógicamente aplicarla, será para siempre señor de la Naturaleza.

Necesariamente habrá que volver a hablar del sentido moral, de su importancia en el pensamiento en general y de su relación, en particular con la comprensión de la biología. Los románticos pueden llamar la atención sobre este aspecto desde una época en que la especialización todavía no dominaba el panorama de la ciencia.

Bibliografía

Novalis. 2000. Poesías completas; Los discípulos en Sais. DVD Ediciones. Barcelona.

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