La lectura adecuada de los autores románticos reserva grandes sorpresas, tanto para el biólogo aficionado como para el profesional. Hasta  es posible que alguno de sus textos guarde como un secreto oculto el sueño de un genio, esperando a ser re-encontrado por algún lector afortunado doscientos años después, de manera similar a como vimos con las ideas de Geoffroy.

En esta y en la siguiente entrada, propongo dos lecturas como ejemplo. Se trata de textos breves, que hay que leer pausadamente. Tomándose para ello el tiempo que sea necesario y, sobre todo, reflexionando. Abriendo ventanas a la imaginación e intentando participar en el misterio del Mundo tal y como lo entendieron los románticos, que, aunque parezca diferente, es el mismo que puede ser hoy visto a la luz de la moderna tecnología.

Las imágenes son granos de polen vistos al microscopio de fluorescencia. Las dos de abajo proceden del intestino de una abeja.

Acompañando estas imágenes y con más ingenuidad que malicia, propongo para la primera lectura un fragmento de Albert Béguin, un lúcido explorador del mundo de los sueños de Jean Paul:

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Las flores se convierten en nubes, las estrellas caen sobre el suelo y se convierten en corolas magníficas, perlas de nieve se tornan pupilas de pájaro, caen en lágrimas en el espacio y forman brumas. La helada se hace rocío, nieve y luz; un surco atravesado por la carreta se extiende sobre la tierra como una cubierta y acaba siendo un océano de vaporoso horizonte. De una lágrima nace una ola que engendra un navío. Los seres se convierten en música pura. Los pensamientos del que sueña son suficientes para cambiar el paisaje, abrir las puertas cerradas y un gran lirio blanco toma a menudo la forma de una serpiente, consejera del mal,…..

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Bibliografía

Alexandre M. 1963. Romantiques allemands I. Biblioteque de la Pléiade. Eds Gallimard. Bruges.

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5 comentarios

  1. Suscribo los comentarios precedentes, y de inmediato paso a algo más pedestre:

    ¿Quien es usted? Posiblemente sea mi limitado conocimiento de esta herramienta lo que no me permite identificarlo. El hecho es que su blog me ha resultado apasionante, pues soy profesor de historia de la medicina en la UCM y precisamente trabajo la medicina filosófica del romanticismo alemán -y también su literatura-. Es lamentable que esto pueda ocurrir, pero, por suerte, para eso sirve este recurso.

    ¡Enhorabuena por la página, un soplo de… pneuma!

  2. De este lado del charco, os envio los dos primeros y últimos versos de una poesía:

    Cuando sepas hallar una sonrisa

    en la gota sutil que se resuma

    ………………………………………

    te quitaras piadoso tus sandalias

    para no herir a las piedras del camino.

    Cuando sepas hallar una sonrisa. De Enrique González Martínez. Mexicano (1911)

  3. me pareció interesante y una buena idea para llamar la atención. Al fin son dos temas diferentes pero que se pueden relacionar. Me gustó esa sorpresa. ZulemaC

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