Dobzhansky versus Dostoyevski
Como corresponde a toda ideología de aspiraciones universales, una vieja idea central del darwinismo consiste en ocuparse de la moral colectiva, universal o global de toda la humanidad. El propio Darwin escribió:
At present the most usual argument for the existence of an intelligent God is drawn from deep inward conviction and feelings which are experienced by most persons. But it cannot be doubted that Hindoos, Mahomedans and others might argue in the same manner and with equal force in favour of the existence of one God, or of many Gods, or as with the Buddhists of no God…
….This argument would be a valid one, if all men of all races had the same inward conviction of the existence of one God; but we know this is very far from being the case. Therefore I cannot see that such inward convictions and feelings are of any weight as evidence of what really exists….
Que traduzco:
En la actualidad, el argumento más habitual para la existencia de un Dios inteligente se extrae de una profunda convicción interior y sentimientos que experimenta la mayoría de las personas. Pero no cabe duda de que hindúes, mahometanos y otros podrían argumentar de la misma manera y con igual fuerza en favor de la existencia de un Dios, o de muchos dioses, o como los budistas, de ningún Dios …
…. Este argumento sería válido, si todos los hombres de todas las razas tuvieran la misma convicción interna de la existencia de un Dios, pero sabemos que esto está muy lejos de ser el caso. Por lo tanto no puedo ver que tales convicciones y sentimientos interiores son de ningún peso como prueba de lo que realmente existe ….
En la estela dejada por la profunda quilla de los pensamientos de Darwin y con semejantes ambiciones, es decir, siguiendo la tradición que aspira a moralizar el universo mundo, dotarlo de la ética más apropiada con sus fines, Theodosius Dobzhansky en la introducción a su libro Diversidad Genética e Igualdad Humana dice:
La biología evolutiva, en particular, tiene mucho que decir en lo que se refiere a los objetivos e ideales de nuestras políticas y realizaciones educativas.
Algo contrario a la más elemental lógica según la cual, la ciencia en general y la biología evolutiva en particular, se podrían integrar dentro de un programa político y educativo concebido y realizado mediante argumentos supra-científicos, es decir, morales. La política y la educación no deberían modificarse en función de, y nunca someterse a, la biología evolutiva, sino al revés. Pero la desorientación que preside este párrafo no es nueva sino que forma parte de la línea de desorientación general que caracteriza a otros pensamientos de Dobzhansky, en los que ya hemos visto como el carro se viene a colocar por delante de los bueyes o la casa se edifica comenzando por el tejado. Ser confuso al estilo de Darwin o de Dobzhansky es de gran utilidad al fundamentalismo científico, puesto que permite imponer una autoridad a la pseudociencia por encima de toda creencia, moral y tradición.
Contemporáneo de Darwin y algunas décadas anterior a Dobzhansky, su compatriota Dostoyevsky advertía en su obra «Los demonios»:
When the same conceptions of good and evil become prevalent in several nations, then these nations are dying, and then the very distinction between good and evil is beginning to disappear. Reason
has never had the power to define good and evil, or even to distinguish between good and evil, even approximately; on the contrary, it has always mixed them up in a disgraceful and pitiful way; science has even given the solution by the fist. This is particularly characteristic of the half-truths of science, the most terrible scourge of humanity, unknown till this century, and worse than plague, famine, or war. A half-truth is a despot… such as has never been in the world before. A despot that has its priests and its slaves, a despot to whom all do homage with love and superstition hitherto inconceivable, before which
science itself trembles and cringes in a shameful way. These are your own words, Stavrogin, all except that about the half-truth; that’s my own because I am myself a case of half-knowledge, and that’s why I hate it particularly. I haven’t altered anything of your ideas or even of your words, not a syllable.»
Cuando las mismas concepciones del bien y del mal se imponen en varias naciones, entonces estas naciones agonizan, y luego, la distinción entre el bien y el mal empieza a desaparecer. La razón nunca ha tenido la capacidad de definir el bien y el mal, o incluso para distinguir entre el bien y el mal, ni siquiera aproximadamente; por el contrario, siempre los ha confundido de una forma vergonzosa y lamentable; e incluso ha dado la ciencia una solución grosera. Esto es particularmente característico de las medias verdades de la ciencia, el azote más terrible de la humanidad, desconocido hasta este siglo, y peor que la peste, el hambre o la guerra. La verdad a medias es un déspota … como nunca ha habido en el mundo antes. Un déspota que tiene sus sacerdotes y sus esclavos, un déspota a quien todos rinden un homenaje con amor y la superstición hasta entonces inconcebibles, ante el cual la ciencia misma tiembla y se estremece de una manera vergonzosa. Estos son sus propias palabras, Stavrogin, todas, excepto las que se refieren a las medias verdades, esas son mías, porque yo mismo soy un caso de conocimiento a medias, y por eso lo odio particularmente. No he cambiado nada de sus ideas o incluso de sus palabras, ni una sola sílaba».