Explorando los límites de nuestra fe en el párrafo ducentésimo quincuagésimo de El Origen de las Especies
Pregunta el autor a un lector muy crédulo y ya, ciertamente atontado a estas alturas del libro:
Can we believe that natural selection could produce, on the one hand, an organ of trifling importance, such as the tail of a giraffe, which serves as a fly-flapper, and, on the other hand, an organ so wonderful as the eye?
¿Podemos creer que la selección natural pueda producir, de una parte, un órgano insignificante, tal como la cola de la jirafa, que sirve de mosqueador, y, de otra, un órgano tan maravilloso como el ojo?
Pregunta para la que sólo cabe una repuesta: Un No rotundo. Nada produce quien nada es. De lo contrario, el lector será presa de un lavado de cerebro de consecuencias imprevisibles:
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Secondly, is it possible that an animal having, for instance, the structure and habits of a bat, could have been formed by the modification of some other animal with widely different habits and structure? Can we believe that natural selection could produce, on the one hand, an organ of trifling importance, such as the tail of a giraffe, which serves as a fly-flapper, and, on the other hand, an organ so wonderful as the eye?
¿Es posible que un animal que tiene, por ejemplo, la confirmación y costumbres de un murciélago pueda haber sido formado por modificación de otro animal de costumbres y estructura muy diferentes? ¿Podemos creer que la selección natural pueda producir, de una parte, un órgano insignificante, tal como la cola de la jirafa, que sirve de mosqueador, y, de otra, un órgano tan maravilloso como el ojo?
Imagen de Espejismos mentales: la fe como autohipnosis