Nada improbable hay en suponer en el párrafo tricentésimo sexagésimo primero de El Origen de las Especies
El estilo del autor es libérrimo: Por consiguiente, no hay nada de improbable en suponer que alguna forma de cetáceo primitiva tuvo el paladar provisto de puntas córneas semejantes, aunque dispuestas con algo menos de regularidad, que, como las prominencias del pico del ganso, le ayudaban a coger o desgarrar su alimento……… Tanto que no puede evitarnos recordar de nuevo la frase de Lovtrup: Los admiradores de Darwin, entonces y ahora, lo han admirado por su…