Frederick Cuvier comparte espacio con otros viejos metafísicos y una oruga en su “hamaca” en el párrafo cuadrigentésimo segundo de El Origen de las Especies

Según Frederick Cuvier y otros viejos metafísicos (seguramente sin importancia pues nos quedamos sin cita alguna), los instintos comparten aspectos en común con los hábitos.  Así de nuevo cita el autor a m. P. Huber, quien en experiencias que no sabemos si fueron publicadas o no, muestra que determinadas orugas construyen sus capullos (algunas traducciones dicen hamacas) según instintos y les molesta ser interrumpidas.

 

 

402

 

Frederick Cuvier and several of the older metaphysicians have compared instinct with habit. This comparison gives, I think, an accurate notion of the frame of mind under which an instinctive action is performed, but not necessarily of its origin. How unconsciously many habitual actions are performed, indeed not rarely in direct opposition to our conscious will! yet they may be modified by the will or reason. Habits easily become associated with other habits, with certain periods of time and states of the body. When once acquired, they often remain constant throughout life. Several other points of resemblance between instincts and habits could be pointed out. As in repeating a well-known song, so in instincts, one action follows another by a sort of rhythm; if a person be interrupted in a song, or in repeating anything by rote, he is generally forced to go back to recover the habitual train of thought: so P. Huber found it was with a caterpillar, which makes a very complicated hammock; for if he took a caterpillar which had completed its hammock up to, say, the sixth stage of construction, and put it into a hammock completed up only to the third stage, the caterpillar simply re-performed the fourth, fifth, and sixth stages of construction. If, however, a caterpillar were taken out of a hammock made up, for instance, to the third stage, and were put into one finished up to the sixth stage, so that much of its work was already done for it, far from deriving any benefit from this, it was much embarrassed, and, in order to complete its hammock, seemed forced to start from the third stage, where it had left off, and thus tried to complete the already finished work.

 

Federico Cuvier y algunos de los metafísicos antiguos han comparado el instinto con la costumbre. Esta comparación da, creo yo, una noción exacta de la condición mental bajo la cual se realiza un acto instintivo, pero no necesariamente de su origen. ¡Qué inconscientemente se realizan muchos actos habituales, incluso, a veces, en oposición directa de nuestra voluntad consciente!, y, sin embargo, pueden ser modificados por la voluntad o por la razón. Las costumbres fácilmente llegan a asociarse con otras costumbres, con ciertos períodos de tiempo y con ciertos estados del cuerpo. Una vez adquiridas, muchas veces permanecen constantes durante toda la vida. Podrían señalarse otros varios puntos de semejanza entre los instintos y las costumbres. Como al repetir una canción bien conocida, también en los instintos una acción sigue a otra por una especie de ritmo; si una persona es interrumpida en una canción, o al repetir algo aprendido de memoria, se ve obligada, por lo común, a volver atrás para recobrar el curso habitual de su pensamiento. P. Huber observó que así ocurría en una oruga que hace una cubierta, a modo de hamaca complicadísima; pues dice que, cuando cogía una oruga que había terminado su cubierta, supongamos, hasta el sexto período de la construcción, y la ponía en una cubierta hecha sólo hasta el tercero, la oruga volvía simplemente a repetir los períodos cuarto, quinto y sexto; pero si se cogía una oruga de una cubierta hecha, por ejemplo, hasta el período tercero, y se la ponía una hecha hasta el sexto, de modo que mucho de la obra estuviese ya ejecutado, lejos de sacar de esto algún beneficio, se veía muy embarazada, y, para completar su cubierta, parecía obligada a comenzar desde el período tercero, donde había dejado su trabajo, y de este modo intentaba completar la obra ya terminada.

Lectura aconsejada:

Compartir:

Deja un comentario