Welcome Mr Lyell en el párrafo quingentésimo septuagésimo tercero del Origen de las Especies

 

El texto adquiere, poco a poco,  el tono de un sermón:

 

Las especies nuevas han aparecido lentísimamente una tras otra, tanto en la tierra como en las aguas.

Amén! Pero……. ¿Tenemos alguna evidencia al respecto?

 

 

Cada año que pasa, nos dice un autor optimista,  tiende a llenar los claros existentes entre los pisos y a hacer más gradual la proporción entre las formas extinguidas y las vivientes. Eso debió ser así, como mucho, durante tres o cuatro años porque transcurridos ciento cincuenta y cinco, los claros siguen tan claros como el primer día y el tránsito gradual no se ve por ningún lado.

 

Después de tantos años pasados desde entonces seguimos sin haber llenado los claros. Más aún, cada año ha aportado nuevas pruebas de que no hay motivos para intentar llenar los claros, sino para entender cómo son las diferencias entre especies.

 

Primera aparición en la obra de Lyell, a cuyo cerebro el autor dijo deber la mitad de su obra escrita. ¿Cuántas mitades, pues tiene la obra de Darwin, si la mitad procede del cerebro de Lyell y , sin duda, más que de éste procede de Lamarck?:

 

 

 

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New species have appeared very slowly, one after another, both on the land and in the waters. Lyell has shown that it is hardly possible to resist the evidence on this head in the case of the several tertiary stages; and every year tends to fill up the blanks between the stages, and to make the proportion between the lost and existing forms more gradual. In some of the most recent beds, though undoubtedly of high antiquity if measured by years, only one or two species are extinct, and only one or two are new, having appeared there for the first time, either locally, or, as far as we know, on the face of the earth. The secondary formations are more broken; but, as Bronn has remarked, neither the appearance nor disappearance of the many species embedded in each formation has been simultaneous.

 

Las especies nuevas han aparecido lentísimamente una tras otra, tanto en la tierra como en las aguas. Lyell ha demostrado que, sobre este punto, apenas es posible resistirse a la evidencia en el caso de los diferentes pisos terciarios, y cada año que pasa tiende a llenar los claros existentes entre los pisos y a hacer más gradual la proporción entre las formas extinguidas y las vivientes. En algunas de las capas más recientes -aunque indudablemente de gran antigüedad, si ésta se mide por los años- sólo una o dos especies resultan extinguidas y sólo una o dos son nuevas, por haber aparecido entonces por vez primera, ya en aquella localidad, ya -hasta donde alcanza nuestro conocimiento- en la superficie de la tierra. Las formaciones secundarias están más interrumpidas; pero, como hace observar Bronn, ni la aparición ni la desaparición de las muchas especies enterradas en cada formación han sido simultáneas.

 

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