Se confirman nuestras sospechas en el párrafo sexcentésimo décimo segundo del Origen de las Especies

Dice el autor al final de este descuidado párrafo:

 

Sin embargo, el más hábil naturalista, mediante un examen de las especies de los dos países, no podría haber previsto este resultado.

 

Pero ¿A qué se refiere? Vean. Ni más ni menos que a esto:

 Desde este punto de vista, las producciones de la Gran Bretaña están mucho más elevadas en la escala que las de Nueva Zelanda

 

Pero a qué punto de vista se refiere. Pues no se lo van a creer pero se refiere a las siguientes especulaciones:

 

Por la manera extraordinaria como las producciones europeas se han difundido recientemente por Nueva Zelandia y han arrebatado los puestos que debieron haber estado ocupados anteriormente por los indígenas, hemos de creer que, si todos los animales y plantas de la Gran Bretaña fuesen puestos en libertad en Nueva Zelandia, una multitud de formas británicas llegaría, en el transcurso del tiempo, a naturalizarse allí por completo, y exterminaría a muchas de las formas indígenas. Por el contrario, por el hecho de que apenas ningún habitante del hemisferio Sur se haya hecho salvaje en ninguna parte de Europa, podemos muy bien dudar de que, en el caso de que todas las producciones de Nueva Zelandia se dejasen en libertad en la gran Bretaña, un número considerable fuese capaz de apoderarse de los puestos actualmente ocupados por nuestros animales y plantas indígenas.

 

De estas burdas especulaciones sin fundamento, el autor viene a deducir que las producciones de la Gran Bretaña están mucho más elevadas en la escala que las de Nueva Zelanda. Evidentemente, la ciencia no es lo que importa al autor. Lo que le importa es, como descubríamos en el párrafo anterior, defender una ideología, la que inculca en sus creyentes que la vida se basa en la lucha, en la competición. Esto, y no otra cosa, es el darwinismo. Sectarismo.

 

 

 

 

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We shall appreciate this difficulty more clearly by looking to certain existing faunas and floras. From the extraordinary manner in which European productions have recently spread over New Zealand, and have seized on places which must have been previously occupied by the indigenes, we must believe, that if all the animals and plants of Great Britain were set free in New Zealand, a multitude of British forms would in the course of time become thoroughly naturalized there, and would exterminate many of the natives. On the other hand, from the fact that hardly a single inhabitant of the southern hemisphere has become wild in any part of Europe, we may well doubt whether, if all the productions of New Zealand were set free in Great Britain, any considerable number would be enabled to seize on places now occupied by our native plants and animals. Under this point of view, the productions of Great Britain stand much higher in the scale than those of New Zealand. Yet the most skilful naturalist, from an examination of the species of the two countries, could not have foreseen this result.

 

Apreciaremos más claramente esta dificultad considerando ciertas faunas y floras extinguidas. Por la manera extraordinaria como las producciones europeas se han difundido recientemente por Nueva Zelandia y han arrebatado los puestos que debieron haber estado ocupados anteriormente por los indígenas, hemos de creer que, si todos los animales y plantas de la Gran Bretaña fuesen puestos en libertad en Nueva Zelandia, una multitud de formas británicas llegaría, en el transcurso del tiempo, a naturalizarse allí por completo, y exterminaría a muchas de las formas indígenas. Por el contrario, por el hecho de que apenas ningún habitante del hemisferio Sur se haya hecho salvaje en ninguna parte de Europa, podemos muy bien dudar de que, en el caso de que todas las producciones de Nueva Zelandia se dejasen en libertad en la gran Bretaña, un número considerable fuese capaz de apoderarse de los puestos actualmente ocupados por nuestros animales y plantas indígenas. Desde este punto de vista, las producciones de la Gran Bretaña están mucho más elevadas en la escala que las de Nueva Zelanda. Sin embargo, el más hábil naturalista, mediante un examen de las especies de los dos países, no podría haber previsto este resultado.

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