En su obra Experimento en autobiografía, HG Wells se refiere a su época de estudiante de los cursos de ciencias en la Escuela Normal de Ciencias y Real de Minas de South Kensington,  liderada por Thomas Henry Huxley. Nos cuenta:

Cada vez me parece más sorprendente que tanto la vieja Escuela Normal como la Escuela Rural de Minas, el actual Colegio Imperial de Ciencia y Tecnología, aunque una parte importante de su labor consista aún en preparar a profesores de ciencias, nunca hayan tenido, ni tengan, ni seguramente tendrán nunca, cátedra alguna, profesor o curso de metodología y didáctica de las ciencias. Y que mucho menos exista nada que sea ciencia política, económica o social, y ninguna investigación en cuanto a los objetivos, o ningún intento de señalar, controlar y coordinar la enseñanza de los diferentes departamentos. Para las inteligencias rectoras de South Kensington un curso de geología no es más que un curso de geología. Cuando uno ha realizado un curso, cualquier curso, entonces sabe geología. ¿ Y no es eso útil para la minería y la metalurgia? Guthrie y Judd no eran más que aficionados en la enseñanza de la ciencia, y ninguno de ellos tenía ideas firmes sobre cómo interesar a los estudiantes en sus asignaturas. y en aquella organización no había en puestos de supervisión ningún filósofo pedagógico con el conocimiento y la autoridad para decírselo.

El Colegio Imperial, ahora me doy cuenta, era y todavía es en realidad no un colegio, sino un cúmulo de laboratorios y aulas. Fueran cuales fueran sus fines originales,  éstos hoy se han olvidado. No tiene ninguna idea firme de lo que es y de lo que se supone que ha de ser. Lo que quiere decir que no tiene filosofía. No tiene organización filosófica, idea social, no tiene objetivo racionalizado, que lo mantenga unido… No veo cómo podemos esperar, detener y controlar el desarrollo desastroso de los asuntos del mundo hasta que hayamos unido el desarrollo filosófico y el educativo.

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2 comentarios

  1. Los anglosajones, sobre todo los americanos, son bastante escépticos sobre la didáctica de la enseñanza. De hecho tienen un dicho bastante cruel que traducido sería: «Los que pueden, hacen; los que no pueden, enseñan; y los que ni eso pueden, enseñan a enseñar».

    Y no les va tan mal.

  2. Estimado espectador,

    Gracias por su comentario. Además de cruel el dicho es hipócrita. Nadie puede, ni hace, si alguien no le ha enseñado antes.

    El único poder limpio y honesto, si es que hay alguno, es el de enseñar. Lo demás son tonterias. A nadie le puede ir bien siendo cruel e hipócrita.

    Reciba usted un cordial saludo

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