Más animales ciegos en el párrafo ducentésimo octavo de El Origen de las Especies

208.

 It is well known that several animals, belonging to the most different classes, which inhabit the caves of Carniola and Kentucky, are blind. In some of the crabs the foot-stalk for the eye remains, though the eye is gone; the stand for the telescope is there, though the telescope with its glasses has been lost. As it is difficult to imagine that eyes, though useless, could be in any way injurious to animals living in darkness, their loss may be attributed to disuse. In one of the blind animals, namely, the cave-rat (Neotoma), two of which were captured by Professor Silliman at above half a mile distance from the mouth of the cave, and therefore not in the profoundest depths, the eyes were lustrous and of large size; and these animals, as I am informed by Professor Silliman, after having been exposed for about a month to a graduated light, acquired a dim perception of objects.

 

Es bien conocido que son ciegos varios animales pertenecientes a clases las más diferentes que viven en las grutas de Carniola y de Kentucky. En algunos de los crustáceos, el pedúnculo subsiste, aun cuando el ojo ha desaparecido; el pie para el telescopio está allí, pero el telescopio, con sus lentes, ha desaparecido. Como es difícil imaginar que los ojos, aunque sean inútiles, puedan ser en modo alguno perjudiciales a los animales que viven en la obscuridad, su pérdida ha de atribuirse al desuso. En uno de los animales ciegos, la rata de mina (Neotoma), dos ejemplares del cual fueron capturados por el profesor Silliman a una media milla de distancia de la entrada de la cueva, y, por consiguiente, no en las mayores profundidades, los ojos eran lustrosos y de gran tamaño, y estos animales, según me informa el profesor Silliman, después de haber estado sometidos durante un mes aproximadamente a luz cada vez más intensa, adquirieron una confusa percepción de los objetos.

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El autor se muestra de nuevo de acuerdo con Lamarck. ¿Recuerdan?:

«……..que le défaut constant d’usage de tel organe, l’affaiblit insensiblement, le deteriore, diminue progressivement ses facultés, et finit par le faire disparaître.»

 

Efectivamente se trata de la primera ley de Lamarck, a quien de momento el autor sigue evitando citar siempre que sea posible:

 

Como es difícil imaginar que los ojos, aunque sean inútiles, puedan ser en modo alguno perjudiciales a los animales que viven en la obscuridad, su pérdida ha de atribuirse al desuso. 

 

Exacto. Al desuso. Para nada interviene la selección natural.  Era suficiente con haber citado a Lamarck que no está.  No obstante está repetidamente citado el Professor Silliman, de quien dice haber capturado unos mamíferos ciegos a la entrada de una cueva que, al ser expuestos a la luz, podrían haber recuperado algo la visión. No es que el autor esté incapacitado para citar correctamente a otros autores, es que tiene algún problema particular o inconveniente que le impide citar adecuadamente a Lamarck.

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